El primer ministro británico, David Cameron, anunciará cambios en su gabinete con el objetivo de mejorar la imagen del gobierno de coalición, pero sobre todo encontrar el camino de la demorada recuperación económica.
En el inicio de la actividad parlamentaria luego del receso de verano, el premier ultima los detalles de una modificación de nombres que según los medios británicos se conocería mañana y sería más profunda de lo esperado.
Varios ministros y secretarios dejarían su cargo, pero, paradójicamente, no sería el caso del titular de la cartera económica, George Osborne, responsable de los planes de ajuste que no logran sacar al país de la doble recesión.
Según encuestas recientes, Osborne encabeza la lista de funcionarios con mala imagen, pero recibiría una nueva oportunidad luego que anunciara un paquete de medidas que incluyen la inversión de más de 60.000 millones de dólares en infraestructura y la creación de un banco para pequeñas empresas.
También mencionó la posibilidad de permitir la construcción en zonas rurales donde hasta ahora estaba prohibido, lo que ya generó las críticas de sectores campesinos que buscan proteger los amplios sectores verdes que tiene la isla.
El cambio del gabinete incluiría un equilibrio entre conservadores y liberales-demócratas con el objetivo de revitalizar la coalición de gobierno, golpeada por diferencias en temas centrales como fue el intento de reformar la Cámara de los Lores.
El propio Cameron reconoció ayer en una columna para el diario Mail on Sunday que se siente “frustrado por las vallas que hay que saltar para conseguir algo” y explicó que volverá al Parlamento “más decidido que nunca a cortar lo que retiene” el crecimiento del país.
