Dos integrantes de la familia del “Negro” Villalba, involucrado en la saga delictiva del primero de año que terminó con tres militantes muertos en villa Moreno, fueron procesados por atacar a balazos al hermano de una de las víctimas del triple crimen. El hecho tuvo lugar en agosto pasado cuando una moto pasó por el frente de la vivienda de Roque Suárez y disparó contra el hombre que salía de su casa, quien se resguardó detrás de su vehículo. Por el ataque fueron detenidos dos hermanos del Negro, quienes irán a juicio por tentativa de homicidio agravado por el uso y portación ilegítima de arma de fuego, si el fallo dictado por el Juzgado de Instrucción de la 2ª Nominación, que se encuentra apelado, queda firme.
Roque Suárez denunció que cerca de las 13 del 21 de agosto salió de su casa en Moreno y Presidente Quintana y observó a dos jóvenes en una moto que efectuaron varias detonaciones de arma de fuego. El hombre evitó los balazos tirándose cuerpo a tierra y las balas impactaron en su Peugeot 505 y en el frente de su domicilio. Aunque Keko –como le dicen a la víctima– llegó a visualizar a sus agresores, a quienes identificó como Héctor y Claudio Villalba, sostiene el fallo.
Los sospechosos fueron detenidos horas después a bordo de una moto en Fray Luis Beltrán (donde viven). Debajo del asiento del rodado los jóvenes llevaban un arma blanca tipo puñal de 15 centímetros de hoja y una empuñadura de hierro engomada, refiere la resolución.
En su descargo, los acusados refirieron que Héctor fue a realizar un trabajo de cloacas en una casa ubicada en Biedma y Balcarce, donde estaba realizando un pozo junto al hermano del dueño de casa, cuando pasaron Keko y Maximiliano Rodríguez –hermano de otro de los asesinados el 1º de enero– en un auto.
Según la declaración, los muchachos amenazaron de muerte a Héctor; entonces el joven llamó a su hermano para que lo pasara a buscar. En el momento en que Claudio llegó, los otros dos jóvenes volvieron con armas y efectuaron un par de disparos cuando los acusados se subieron a la moto para retirarse del lugar, refiere la indagatoria.
Los imputados afirmaron que se fueron a Fray Luis Beltrán y que luego volvieron a radicar la denuncia, pero en la comisaría estaban los familiares de Keko y Rodríguez por lo que se volvieron y por consejo de su padre fueron a la seccional del lugar a realizar la denuncia, donde finalmente fueron detenidos. A su vez, Claudio Villalba sostuvo que ya había sufrido otros episodios similares donde recibió disparos; incluso en una oportunidad uno de los familiares le pegó en un pasillo de Tribunales, concluyó el acusado.
Pero la magistrada Alejandra Rodenas, a cargo del Juzgado de Instrucción 2ª, consideró que los descargos de los acusados fueron “un mero artilugio defensivo tendiente a mejorar su situación procesal” y que sus dichos se desvanecen ante la sindicación directa de la víctima, el testimonio de un familiar de otro de los fallecidos en el triple crimen y los daños que dejaron los balazos en el frente y el auto de la víctima, sostiene la resolución.
La jueza marcó las diferencias horarias que surgen del relato de los sospechosos al sostener que tardaron tres horas en llegar a Fray Luis Beltrán y en una hora volvieron a la seccional 15ª para regresar a la localidad vecina. A lo que agregó la “confusa y errática” declaración del testigo que se encontraba realizando el trabajo de cloacas con Héctor Villalba, quien varió su versión en varias oportunidades.
Ante estos elementos, la magistrada dispuso el procesamiento de los hermanos Villalba por tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego y portación ilegítima de arma de fuego, a la vez que dictó la prisión preventiva de los acusados.