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Aquel “príncipe de los ingenios”

El 29 de septiembre de 1547 vino al mundo el escritor español Miguel de Cervantes Saavedra.

Según se cree, un día como hoy, pero de 1547, nació cerca de Madrid el soldado, novelista, poeta, dramaturgo y recaudador de impuestos Miguel de Cervantes Saavedra, creador del eterno mito del Quijote y cuya vida es toda una leyenda digna de constituir en sí misma una novela.

Muchas son las incógnitas de la vida del hijo de Rodrigo de Cervantes –un modesto cirujano– y Leonor de Cortinas, cuarto de siete hermanos y del que se desconoce la fecha de su nacimiento –sólo es segura la de su bautismo, el 9 de octubre de 1547–, aunque se cree que vino al mundo el 29 de septiembre en la villa de Alcalá de Henares.

Su época de juventud también es incierta y tampoco se sabe cuál fue la formación de quien sería el mayor representante de la literatura hispana, en la que se inició con apenas 22 años. Cuentan que pasó su adolescencia en varias ciudades españolas y con 21 años se fue a Roma a prestar servicio como camarero del cardenal Julio Acquaviva. Tras recorrer Italia, se enroló en la armada de España y en 1571 participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, que marcó el declive del poderío turco en el Mediterráneo. Allí resultó herido y perdió el movimiento de parte del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto.

En 1575, cuando regresaba a España, los corsarios lo apresaron y lo llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio. Liberado por los frailes trinitarios, a su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Truncada también su carrera militar, intentó sobresalir en las letras. En 1584 publicó La Galatea y en diciembre de ese año se casó con Catalina de Palacios Salazar y Vozmediano, en Esquivias, Toledo.

Durante esa época luchó sin éxito por destacarse en el teatro, aunque vio representadas algunas de sus obras: Los tratos de Argel, La Numancia, La batalla naval y La Confusa. Hasta que, sin medios para vivir, viajó a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Allí terminó otra vez en la cárcel, por irregularidades en sus cuentas. En ese ruin calabozo sevillano empezó a engendrar al inmortal Quijote.

Ilustración: Facundo Vitiello.

Una vez recuperada la libertad, se trasladó a Valladolid, donde vivió unos años. El éxito del Quijote en 1605 no implicó que Cervantes superara sus problemas económicos y la segunda parte del libro vio la luz recién en 1615. Apenas un año después, el 23 de abril de 1616, Cervantes, al que la hidropesía y una cirrosis habían ido minando, murió en Madrid. Para mantener vivo su legado literario, desde 1976, cada 23 de abril se entrega el premio Cervantes, el Nobel de las letras hispanas.

El caballero de los cuatro siglos

Apaleado, maltrecho, destrozado por los obstáculos que la realidad pone en su camino, el larguirucho caballero andante retoma porfiadamente su marcha una y otra vez en pro de su ideal. Poco importa que haya cumplido más de cuatro siglos de vida literaria: el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha sigue cabalgando aún hoy, por la gris llanura de un mundo posmoderno y vacío de utopías, tan ávido de aventuras épicas como el primer día, junto a su robusto e inseparable escudero Sancho Panza. Casi tan leído como la Biblia, el Quijote se convirtió en paradigma del idealista que jamás cede en sus principios. Gracias a esa obra cumbre de la literatura española nació la novela moderna y su héroe fue entronizado como el arquetipo universal del idealismo, la tolerancia y la libertad.

Denominado con justicia “el príncipe de los ingenios”, Cervantes comenzó a escribir su extraordinaria novela en una cárcel de Sevilla donde purgaba una pena por deudas, en 1597. Allí, rodeado de maleantes e individuos fuera de la ley, empezó a dar forma a las andanzas de Alonso Quijano, un hidalgo de unos 50 años que perdería el juicio por leer novelas de caballería, a través de un narrador imaginario, Cide Hamete Benengeli, un autor arábigo y manchego.

El primero de los dos volúmenes, titulado El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que consta de 52 capítulos, entró en la imprenta de Juan de la Costa en Madrid el 20 de diciembre de 1604 y salió a la venta el 16 de enero de 1605, en la librería madrileña de Francisco Robles. La segunda parte de la obra apareció en Madrid 10 años después. Desde su primera tirada de 1.200 ejemplares, el Quijote es el libro más publicado y traducido, después de la Biblia. Sólo tres de aquellos ejemplares iniciales sobrevivieron al paso de los años.

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