Tras varias semanas de intensa campaña con puestos fijos y móviles de venta, carga y recarga, personalización y, en definitiva, de convencimiento de las bondades del producto, llegó el día D: entre hoy y el lunes, acaso el martes pero no mucho más, la tarjeta magnética de cartón como medio de pago del boleto del transporte urbano de pasajeros habrá desaparecido. Su lugar viene siendo ya ocupado por la tarjeta sin contacto, y ahora el plástico con un chip y una antena pensado con una resistencia y validez de al menos una década será prácticamente la única manera de pagar el pasaje salvo que el usuario se resigne a juntar monedas y abonarlo más caro. Eso sí: los usuarios que tengan tarjetas de cartón en su poder las podrán seguir utilizando hasta que ya no les queden. Y además las máquinas canceladoras seguirán estando en los colectivos: los usuarios que tengan franquicias –discapacitados o adultos mayores– las seguirán utilizando por un buen tiempo más, ya que sus tarjetas seguirán siendo las mismas al menos hasta el primer trimestre de 2013.
Según confirmó la gerenta general del Ente de Transporte Rosario, Mónica Alvarado, mañana será el “último día” de entrega en comercios de las tarjetas de cartón. En rigor, ya desde esta semana se habían dejado de imprimir, por lo que el banco Municipal se limita a distribuir el remanente que queda, un stock, según supone la funcionaria, alcanzará no más que “para un par de días”. Y a partir de allí los usuarios que se quedaron sin viajes deberán munirse de una tarjeta sin contacto en algunos de los puntos de venta, que son más de 500 en toda la ciudad, si no quieren pagar de más.
Los dos sistemas prepagos venían conviviendo en todas las unidades del transporte público en los últimos seis meses. Pero en las últimas semanas, a medida que se iba acercando la fecha límite, comenzó a ampliarse exponencialmente la cantidad de pasajeros que subían con sus plásticos. Según Alvarado, hay unas 380.000 tarjetas sin contacto en manos de los rosarinos y en todas ellas ya se efectuó, al menos, una recarga.
Esa cifra representa el 90 por ciento de las 424.000 que fueron entregados ya a comercios y otros puntos de venta, entre los que se cuentan los centros municipales de distrito, las sucursales del banco Municipal y las 28 cabinas de expendio manual repartidas en parques, plazas y paradas de colectivo, entre otros. Todo parecería listo, entonces, para avanzar en el cambio. Pero todavía falta remar un poco.
Viene el bondi
Además de los servicios “Cómo llego” y “Cuándo llega”, el sitio en internet del Ente de Transporte –en el apartado www.etr.gov.ar/ tsc.html– tiene una lista completa de los puestos de venta y recarga de tarjetas sin contacto. Todos cuentan, lógicamente, con el aparato que permite cargar saldo, que es entregado en comodato a los comerciantes. Pero ahí aparece el primer cuello de botella: por una parte son muchos menos los comercios que dan ese servicio que los que hasta ahora vendían, aunque fueran pocas, las tarjetas de cartón. El cálculo oficial es que la mitad pasó al nuevo sistema. Frente a ello, dos cuestiones tienen viento a favor: una es que la tarjeta sin contacto se adquiere una sola vez. Y la otra es que carece del límite de cinco viajes que tiene cada tarjeta de cartón: si el bolsillo acompaña, se pueden cargar los 40 viajes prescriptos por la ordenanza del Concejo que instituyó la “tarjeta laboral” con el mismo valor por pasaje que en ésta, es decir 2,40 pesos.
Es que en la tarjeta plástica según el saldo que se cargue se acredita también una bonificación: con 5,40 pesos se pagan dos viajes y no tiene adicional, pero con 15,60 pesos –el equivalente a la tarjeta de cinco viajes de cartón– se acreditan 60 centavos más, es decir un saldo de 16,20 pesos. Y si la recarga es de 96 pesos, se acreditan 108, es decir 12 pesos más, o lo que es lo mismo, 40 viajes a 2,70. Aunque pueda marear el dato concreto es que el usuario que paga 96 pesos puede viajar 40 veces.
Cargar más en menos lugares es el panorama que se avecina. Pero, en tanto, Alvarado explicó que ya son 500 los puntos de venta y recarga habilitados, es decir los centros o comercios privados que tienen los aparatos para cargar saldo. Además adelantó que 100 aparatos más “ya salieron de la Aduana y están en Rosario” y desde el martes se van comenzar a distribuir entre los comercios que pidieron y aún no cuentan con la máquina para prestar el servicio.
Con todo, con la tarjeta de cartón se va la que inauguró el sistema prepago, que relevó a choferes de cortar boletos a la par que evitaba que el usuario tuviera que contar con monedas antes de subir –histórico mal del sistema porteño– y sacó de los colectivos casi todo rastro de dinero en efectivo, contribuyendo a la seguridad de uno y otros.