Líder del torneo Inicial, único invicto, valla menos vencida, goleador del torneo, elogios al por mayor por el estilo de juego, muy aliviado en la tabla de promedios, regreso de figura de jerarquía como Maxi Rodríguez o Gabriel Heinze, el presente futbolístico de la Lepra es inmejorable y, se quiera o no, también provoca armonía en el orden institucional. Y nadie tiene dudas que hay un responsable de todo: Gerardo Martino.
Tras un 2011 traumático, con cinco entrenadores en el banco, con apenas 32 puntos en 38 partidos, con una dirigencia hostigada por el bajo rendimiento de los refuerzos, con jugadores en un nivel paupérrimo, bastó con la llegada del Tata para que ‘mágicamente’ todo se encauce.
Newell’s se encaminaba a un 2012/13 complicadísimo con los promedios. Inclusive, si no daba un golpe de timón a tiempo, podía correr la misma suerte que Banfield, que descendió en junio, y cuando asumió Martino se emparejaba en puntos con la Lepra.
Llegó el Tata y todo cambió. El técnico ordenó la casa, asumió presiones, revitalizó al hincha, y puso en cancha un equipo con una idea de juego definida, priorizando el buen trato de pelota.
Y todo lo bueno que mostró el Rojinegro en el Clausura 2012, se profundizó para bien en el actual torneo Inicial con la llegada de figuras de la talla de Maxi Rodríguez, Gabriel Heinze, Marcos Cáceres y Nacho Scocco.
Con Martino en el banco la Lepra pasó de la cola a la punta. De ser el peor a un liderazgo elogiado. El Newell’s de Martino hoy es el mejor equipo de la temporada 2012, con 51 puntos en 28 partidos disputados, lo que hace una efectividad del 60,7 por ciento. Sólo se aproximan a la Lepra Vélez y Boca (50 puntos), o el último campeón, Arsenal (49).
Desde la llegada de Martino, Newell’s sumó 17 puntos más que San Lorenzo, uno de sus rivales directos en los promedios que ahora está 9 unidades abajo. Y ni hablar de Independiente, a quien la Lepra le sacó 24 puntos de ventaja y en la tabla actual del descenso se le escapó a 12 unidades.
A este ritmo el equipo de Martino no sólo aparece como el principal candidato al título, sino además, podría lograr clasificar a la Libertadores (la última participación fue en 2006) y va en camino de escaparse definitivamente de la temida zona de abajo.
Y hay más. Porque el buen presente futbolístico llevó a la selección local a cuatro jugadores leprosos (Maxi Rodríguez, Vergini, Vangioni y Scocco) y además puso en observación a Hernán Villalba y Pablo Pérez.
Como todo tiene que ver con todo. El gran momento deportivo impactó en lo institucional. A pesar de ser un semestre electoral la vida política hasta el momento se desarrolló en un clima cordial. Y las agrupaciones que se postulan, más allá de elogiar al Tata, coincidieron en respetar un pedido del entrenador “que lo político no salpique al fútbol”.
Así, un 2012 que pintaba traumático, lleno de nervios, con incertidumbre respecto del futuro, pasó a ser un año donde el mundo futbolístico llena de elogios a Newell’s. El Tata lo hizo.