Nueva generación, la misma historia. El hockey femenino le sigue dando alegrías al deporte argentino y como viene ocurriendo en los últimos años siempre hay rosarinos como protagonistas.
Las Leoncitas, dirigidas por Santiago Capurro, lograron el Panamericano que se disputó en México y obtuvieron el pasaje para el Mundial Junior 2013.
Julieta Acosta, Florencia Zapulla y Sofía Villarroya fueron las exponentes rosarinas con la celeste y blanca.
Acosta juega como volante en Provincial y charló con El Hincha de lo acontecido en tierras aztecas.
“Realmente fue una sensación inexplicable todo lo vivido en este torneo. Se te vienen a la cabeza muchas cosas, como la familia, el esfuerzo que uno hace para ir a entrenar, dejando de lado las amigas y el novio. Realmente es algo muy importante”, comenzó recordando Acosta.
La juvenil manifestó que, pese a haber participado durante todo el proceso de preparación, hasta que no escuchó su nombre en la lista definitiva no estuvo tranquila: “En parte me sorprendió la convocatoria porque más allá que uno siempre espera quedar, hasta que no dicen tu nombre en la lista definitiva no estás tranquila. Cuando Santiago (Capurro) me confirmó, quería estar con alguien de mi familia para abrazarlo, llamaron todas mis amigas llorando, fue muy lindo todo”.
Acosta y Villarroya compartieron mucho más que el viaje a México, ya que se conocen desde muy pequeñas. “Por suerte pude compartir este viaje con Sofi (Sofía Villarroya), a quien conozco desde que tengo 7 años y somos amigas desde antes que empecemos a jugar al hockey. Compartir esto con ella tiene el doble de valor”, manifestó Acosta.
Con respecto a lo estrictamente deportivo, la campeona junior fue clara: “Argentina siempre es candidata, más a nivel Panamericano, los demás equipos están muy por debajo de nosotras”. Y agregó: “Hubo selecciones que entrenaron dos semanas, mientras que nosotras lo hicimos durante dos años y medio y en doble turno”.
Ante tamaña diferencia, los rivales de Las Leoncitas intentaban cerrarse atrás y eso complicó gran parte de lo preparado por Capurro: “Los equipos se metían con las once es su área, era difícil imponer nuestro juego. Tenía que entrar la primera bocha, cansarlas en el primer tiempo y esperar que se abran. De hecho ante Brasil, en el debut, el primer tiempo terminó 1-0 y en el segundo le hicimos 9”.
Por último, ponderó lo hecho en la final ante Canadá: “Solamente en la final (Argentina se impuso 2-1) pudimos ensayar algo de lo que habíamos entrenado”.
En cuanto a las metas que el grupo se había propuesto, Acosta aclaró: “Nosotras teníamos tres objetivos: ganar el fair play, que no lo pudimos lograr, clasificar al Mundial en el puesto que sea y si se daba salir campeón. En la final nos dijeron que si perdíamos iba a estar todo bien porque el objetivo estaba cumplido. Claro que uno por dentro sabe que está ahí, en una final y la quiere ganar como sea. Hubo muchos nervios, pero por suerte ganamos”.
Dentro del plantel nacional hubo jugadores que ya integraron el plantel de Las Leonas como Florencia Habif y Roberta Werthein, algo que marca a las claras el trabajo en conjunto que se viene haciendo entre profesionales y juveniles. Carlos Retegui estuvo en México y para Acosta eso fue muy importante, aunque consideró que la presencia del DT muchas veces las ató: “Estuvimos más sueltas cuando no estuvo él. A mí me costó al principio, pero justo cuando vino el Chapa me solté y jugué mi mejor partido”.
Y si de mirar a Las Leonas se trata, Acosta tiene como espejo a Rosario Lucchetti, una de las consagradas de la selección: “Me gusta mucho como juega, la fuerza que tiene. Se lesionó cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos y no paró hasta recuperarse. No cualquiera lo puede hacer”.
Finalmente, la jugadora de Provincial dejó bien claro cuál es su sueño: “Quiero estar en el Mundial del próximo año. No se sabe todavía dónde va a realizarse, puede ser en Argentina inclusive. Iba a ser Canadá pera a último momento se bajó y ahora quedó un mano a mano entre Argentina y Sudáfrica. Me voy a preparar con todo para eso y quedar entre las 18. Sería un sueño poder jugar con nuestra gente y que venga tu familia a alentarte”.
