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Confesó crimen pero está libre

Un pintor de 40 años, que dio detalles en sede policial sobre el asesinato de su amante y dónde estaba el cuerpo, recuperó la libertad luego que la Justicia marplatense anulara su declaración extrajudicial, obtenida mediante “coacción psicológica”.


Un hombre que en febrero pasado confesó en una comisaría que asesinó a su amante de 18 años en la ciudad bonaerense de Balcarce, y dijo a los investigadores dónde estaba el cadáver, está libre porque la Justicia marplatense anuló su declaración extrajudicial al considerar que fue obtenida mediante “coacción psicológica”. Lo llamativo de la causa es que no sólo quedó nula la confesión, sino todo acto procesal posterior a ella: el hallazgo del cadáver, un ADN positivo que incriminaba al imputado, la autopsia que acreditaba el homicidio y hasta el certificado de defunción de la víctima, indicaron fuentes judiciales. Con esto, para la Justicia marplatense hasta el cadáver es nulo y por lo tanto la causa volvió a foja cero como una “averiguación de paradero”.

El caso es el de Melina Briz, una estudiante de 18 años que desapareció el viernes 10 de febrero pasado en Balcarce y fue hallada asesinada y tapada con cal cuatro días más tarde en un camino de la localidad de Mechongué, cercana a Balcarce, provincia de Buenos Aires.

El acusado que ahora está en libertad es Ariel Troncoso, un pintor de casas de 40 años que mantenía una relación a escondidas con la víctima desde que ésta tenía 14 años y que la familia Briz ignoraba.

La sospecha es que Troncoso mató a la chica porque no pudo soportar que ella quisiera terminar la relación, indicó la agencia Télam.

Troncoso primero declaró que aquel viernes de la desaparición fueron con Melina a tomar mate a las sierras y luego la dejó a una cuadra de su casa, pero horas más tarde y ante contradicciones confesó ante la Policía y en presencia de un defensor oficial que la había asesinado, e indicó el lugar donde fue hallado el cadáver.

Incluso, el pintor contó que había conservado el teléfono celular de Melina y lo había arrojado en una alcantarilla frente a la comisaría, mientras esperaba para entrar y declarar, lugar donde luego fue hallado el aparato.

Esta confesión brindada por Troncoso en la comisaría no fue ratificada posteriormente en su indagatoria frente al fiscal marplatense Rodolfo Moure, ante quien se negó a declarar.

La autopsia determinó que Melina fue estrangulada con un cinturón y que luego le cortaron las muñecas hasta el hueso para que se desangrara y de esa manera asegurar su muerte.

Luego, un estudio de ADN corroboró que Melina intentó defenderse y rasguñó a Troncoso, ya que el perfil genético del acusado coincidió con el de los restos biológicos hallados debajo de las uñas de la víctima.

El fallo que liberó a Troncoso es de mediados de mayo pasado y fue firmado por los jueces Marcelo Madina y Walter Dominella, de la sala II de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata.

Para los jueces, Troncoso padeció una “coacción inherente” por la gran cantidad de horas que estuvo declarando en la comisaría y confesó presionado psicológicamente y sin las garantías del acto formal de la indagatoria.

Los camaristas declararon nulo todo lo actuado y apartaron del expediente al fiscal Moure, quien también tuvo a cargo la instrucción del caso de Gastón Bustamante, el niño asesinado en Miramar.

La familia Briz ahora deposita sus esperanzas en revertir la situación con las apelaciones que presentaron ante el Tribunal de Casación bonaerense el fiscal general de Mar del Plata, Fabián Fernández Garello, y su abogada querellante.

“Es algo inaudito. Que dos jueces dejen libre a una persona así no entra en la mente de nadie. Sabiendo que es un asesino confeso y con un ADN positivo, está caminando por las calles y burlándose de todos nosotros”, dijo a Télam Silvana Briz, hermana de la víctima.

Apartado el fiscal Moure, la causa quedó en manos de su colega Mariano Moyano, quien a partir de declaraciones testimoniales de familiares y del acta de inhumación del cementerio de Balcarce recién por estos días pudo acreditar que Briz está muerta, para poder cambiar la carátula de “averiguación de paradero” a “averiguación de causales de muerte”.

La defensa de Troncoso se opuso, incluso, a que este nuevo fiscal realice una exhumación del cuerpo para una nueva autopsia porque considera que la Cámara dejó en claro que ese cadáver es nulo y por lo tanto no puede ser utilizado como prueba en el expediente.

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