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CGT: “Las diferencias pasan por las alianzas en el reclamo”

Por: Guillermo Griecco.- El gremialista Juan Nucci analizó las repercusiones locales que tendrá la reciente fractura en la central obrera.

Con la asunción del metalúrgico Antonio Caló como secretario general de la CGT se formalizó la fractura de la principal central obrera del país. A partir del acto de Obras Sanitarias del miércoles pasado, donde asumió la nueva conducción cegetista representada en varios gremios fuertes (UOM, Smata, UPCN, Uocra, Taxistas), se cerró una etapa y se abrió otra para el movimiento de trabajadores, fragmentado en cinco espacios: la CGT-Caló, la CGT que conduce el camionero Hugo Moyano, que en los papeles no juntó el respaldo necesario para conseguir su re-reelección; la CGT unipersonal de Luis Barrionuevo, la CTA-Yasky y la CTA-Micheli.

“Es auspicioso que sea Caló el conductor de este nuevo sector de la CGT, un hombre equilibrado que representa a un gremio históricamente muy importante, con mucho protagonismo en el movimiento obrero como es la UOM”, consideró Juan Nucci, secretario general del Sindicato de Trabajadores Judiciales e integrante del Movimiento Sindical Rosarino, espacio que forjaron entidades gremiales desencantadas con la actual conducción local de la CGT. “Las diferencias pasan por las alianzas que se tejen en el reclamo”, sintetizó.

Así, el dirigente analizó el entramado sindical y las repercusiones que el nuevo mapa cegetista tendrá en la ciudad. “Los sindicatos del interior a veces quedamos en la platea. No obstante, es auspicioso para la situación actual del movimiento obrero acá en Rosario. Uno lo dice con dolor porque hemos venido militando con Moyano desde la creación del MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos) en 1994. Pero Moyano en los últimos años generó el cierre de varias regionales de la CGT, que sólo se abren para su visita, como el caso de Rosario”, dijo Nucci en diálogo con este diario.

El titular de Judiciales recordó el congreso fallido de la regional local de la CGT a fines de 2009. “Con barrabravas se abortó el congreso normalizador en el Sindicato de la Carne que iba a consagrar a Néstor Ferraza como secretario general, con legalidad y mucha legitimidad. Con esos métodos se instaló una conducción que lo único que hizo fue cerrar la CGT”, evaluó Nucci en referencia al posterior plenario que se realizó en 2010 en el club Sportivo América, sin la participación del sector del municipal Ferraza y donde fue ungido como secretario general de la central obrera local el camionero Rubén López, con la bendición de Hugo Moyano.

“Creo que se viene un ámbito de discusión donde los dirigentes gremiales de Rosario vamos a tener que hablar mucho. Seguramente gremios que venimos funcionando juntos quedaremos en lugares distintos. No es nuestro caso, pero hay gremios que tienen que seguir la suerte de la conducción nacional independientemente de lo que piensen, y esto va para un lado y para otro. Me parece que se viene la reconstrucción del espacio de protagonismo del movimiento obrero que hoy en la ciudad, cualquiera lo ve, está ausente”, sostuvo el dirigente sindical.

Sobre los posicionamientos políticos con la llegada de Caló al frente de un sector de la CGT, Nucci apeló a una frase del diputado nacional del FPV Héctor Recalde: “Somos plurales pero no neutrales”. Y continuó: “Hay que tener en claro que todos vamos a seguir reclamando. Al trabajador argentino todavía le falta reconquistar derechos que fueron cercenados en la dictadura y en los 90. El tema es cómo lo hacemos y en qué ámbito. Esa es la gran diferencia que se ve ahora” con el moyanismo.

“En un momento tan traumático del país, con situaciones particulares que tienen como telón de fondo la confrontación del gobierno nacional y popular que lidera la presidenta Cristina Kirchner con la corporación mediática y lo que significa el 7 de diciembre (fecha que fijó la Corte para que el Grupo Clarín se adecue a la ley de medios). Si el reclamo laboral se hace acumulando fuerza con sectores que hasta hace poco tiempo estaban planteándose la destitución de la presidenta, como Federación Agraria, uno no puede salir a la cancha a jugar para otros intereses. Esa es la diferencia, cómo nos ubicamos con respecto al actual modelo económico y social”.

Desde la óptica de Nucci, las asignaturas pendientes del modelo kirchnerista “son la inclusión con inserción laboral para quienes no tienen trabajo y el blanqueo para obreros que están en negro, estos son dos grandes pilares”. El dirigente de Judiciales sumó al pliego de reivindicaciones “problemas sectoriales; con respecto al impuesto a las Ganancias habría que por lo menos elevar su coeficiente y las obras sociales deben estar en manos de los trabajadores”. Similares planteos hacen los moyanistas. Incluso, en el acto de asunción, Caló resaltó que iba a respaldar al gobierno, aunque señaló que la inflación atenta contra el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores.

Consultado sobre el rol opositor que adoptó el secretario general de la CGT Azopardo, Nucci marcó diferencias: “Moyano es un compañero que respeto, pero el problema son las consecuencias. Integrantes de su consejo directivo parecen plantearse la destitución de al presidenta, con términos más o menos groseros. Sabemos que este modelo tiene carencias, pero lo que nos falta a los trabajadores lo vamos a conseguir consolidando lo que hemos logrado hasta el momento”.

El gremialista completó su reflexión: “No hay profundización si nos dejamos tumbar los derechos que hemos recuperado desde 2003. Acá no hay ingenuos. Cuando uno empieza a generar ámbitos o es feliz cuando lo pasean por canales de televisión los enemigos del actual modelo, que han tenido una incidencia formidable en la pérdida de derechos para los trabajadores, no es un tema de simpatía por un periodista o por otro, es una pelea de poder, donde el gobierno que nos representa a todos confronta con corporaciones que quieren volver a poner ministros de Economía y definir políticas que siempre fueron en detrimento de los trabajadores”.

La nueva etapa del sindicalismo muestra un movimiento obrero atomizado en cinco centrales: las oficialistas CGT-Caló y CTA-Yasky, y las opositoras CGT-Moyano, CGT-Barrionuevo y CTA-Micheli. “Tenemos mucha afinidad con el sector de la CTA que conduce Yasky. Hay que ver qué pasa cuando se traslada la unidad en la acción. La CGT de Barrionuevo es un club de amigos. En lo cuantitativo y con la asunción de Caló, me parece que van a quedar dos CGT fuertes”, concluyó Nucci.