Los moteros locales rechazan la iniciativa provincial del PRO, que exige a los conductores y acompañantes de motovehículos utilizar chalecos reflectantes con el número de patente inscripto en el pecho y en la espalda. Según los integrantes de grupos de amantes de las dos ruedas, la ley orientada a combatir los denominados motochorros es innecesaria y estigmatiza a los motociclistas. Sostienen, además, que ellos cumplen con las normas de seguridad y por lo bajo admiten que parte de la bronca de muchos se debe a que la inclusión del chaleco rompería el folclore de su vestimenta.
En la nublada mañana de ayer, un grupo de 20 motos de alta cilindrada estaba estacionado debajo del mástil del Monumento a la Bandera, a metros del Concejo Municipal. Había alrededor de 30 representantes de que distintas asociaciones moteras desplegaban su folclore –tonadas de rock nacional, banderas de grupos de motociclistas, camperas de cuero y jean– para manifestarse contra la iniciativa que la legisladora provincial del PRO Alejandra Vucasovich presentó a fines del mes pasado. El proyecto se trata de una modificación al Código de Tránsito destinada a “erradicar la delincuencia a bordo de las motos” –comúnmente conocidos como motochorros– al agregar entre los requerimientos de seguridad básicos para el conductor el uso de un chaleco reflectante que debe llevar inscripto el número de patente en el frente y el dorso. La medida pretende alcanzar a los conductores y acompañantes de motocicletas, ciclomotores o cuatriciclos. Tal como se desprende de la iniciativa, quienes incumplan la norma tendrán serias multas e incluso la inhabilitación para conducir de hasta 6 meses.
En diálogo con El Ciudadano, Jorge “Mochila” Gallegos, referente local de la Federación Motera Argentina, explicó: “Somos moteros de la ciudad y la región que vivimos apasionadamente la vida en la moto y estamos en contra del chaleco fluorescente como elemento obligatorio”. De acuerdo con el dirigente, la iniciativa del PRO posee dos antecedentes negativos a nivel internacional y uno a nivel nacional. “El primero en México, cuya realidad en torno al narcotráfico nada tiene que ver con lo que ocurre en Santa Fe, y la segunda en Colombia, donde hace poco derogaron una ley similar con más 10 años de antigüedad”, detalló. Sobre el caso de Bogotá, Gallegos explicó que se realizaron numerosas multas pero esto no generó un descenso de la actividad delictiva. En Argentina, precisaron los manifestantes, el antecedente proviene de una iniciativa del mismo signo político: el PRO. El partido macrista impulsó en 2010 una modificación al artículo 48 del Código de Tránsito de la provincia de Buenos Aires por la que se exigía el polémico chaleco a los motociclistas. La medida fue rechazada por el gobernador Daniel Scioli aunque a principios de este año, y ahora, los legisladores PRO bonaerenses volvieron a proponer la discusión parlamentaria.
Vucasovich destacó que el carácter reflectivo de la identificación permite la identificación tanto de día como de noche, “por lo cual propende a la seguridad vial y a la protección del conductor del motovehículo”. Al respecto, Elbio, otro de los moteros, apuntó: “Cumplimos con las normativas de seguridad. Usamos casco y vestimenta –los pantalones y chalecos– que tienen la cinta refractaria requerida. Que nos pidan usar un trapo verde o naranja fluorescente atenta contra nuestro folclore”. Sobre la responsabilidad del grupo de moteros, los manifestantes recordaron que participan con habitualidad de los consejos de seguridad vial y actividades de concientización del uso del casco.