“En todos los hospitales hay un incremento de la violencia”, sostuvo la titular del gremio Siprus, María Fernanda Boriotti, tras conocerse un nuevo caso de agresión en un centro de salud, esta vez en el hospital Provincial, donde un médico residente fue golpeado y hasta escupido por los familiares de un paciente –en su mayoría mujeres– en el área de cirugía. Este hecho obligó a que se realice en el lugar una reunión de urgencia del comité de higiene y seguridad del hospital donde los médicos reclamaron mayores medidas de seguridad y terminó con la promesa, por parte de la dirección, de solicitar un incremento de la presencia de policías uniformados y agregar cámaras de videovigilancia en distintos puntos del edificio ubicado en Alem al 1400.
Según contó Lucas, el médico residente agredido, el miércoles a la tarde fue atacado por cuatro personas cuando brindaba el parte de un paciente atendido en el área de cirugía. “Eran familiares que empezaron a darme golpes. Lo único que atiné a hacer fue irme hasta la guardia para que no me siguieran pegando”, comentó.
A su lado, Sebastián, otro médico residente, indicó que “ya han ocurrido hechos similares en la guardia”. “Hace tiempo que viene sucediendo. Se han prometido algunas cosas pero por como las cosas siguen ocurriendo queda claro que las promesas quedan en nada”, añadió.
Por su parte, el director del hospital Provincial, Pietro Belletich, detalló que se estuvo “trabajando” con los familiares del paciente hasta la noche para separar a los que fueron violentos y para permitir una normal atención de la persona internada y ver qué referentes de la familia se podían quedar para acompañarlo tratando de alejar a aquellos agresivos.
“Fueron lesiones menores pero el hecho en sí no tiene justificación. Precisamente mi labor como director del hospital es estar permanentemente trabajando sobre las causas que generan violencia y tratar de bajar los niveles de violencia que puede haber de la población hacia los equipos. Nosotros tenemos un comité de higiene y seguridad que venimos trabajando hace aproximadamente seis meses y asiduamente en el tema de seguridad. Venimos tomando distintas medidas que hacen a mejor el ambiente de trabajo”, relató.
“Venimos repasando el proceso de atención, organizando para que se le dé a los familiares el parte médico de forma adecuada, en horarios establecidos, pero en general la ansiedad que les provoca la enfermedad de un familiar, si ellos no tienen noticias sobre la evolución de la misma, puede desencadenar en actos violentos que no se justifican por ningún motivo. Yo diría que todo el malestar de la gente se ve a diario en las calles. El hospital no es una isla. El sujeto que viene al hospital no viene limpio de todo lo que le ocurre en su diario existir sino viene con toda la carga emocional a la cual se suma una situación de estrés por el sufrimiento o padecimiento de su familiar”, analizó.
Por último, Boriotti señaló que ésta “no es una situación aislada y ocurre en los distintos efectores en forma reiterada”. “Ya lo hemos pasado en otras oportunidades en el mismo hospital. En todos los hospitales hay un incremento de la violencia y en algunos centros de salud también se da. Lamentablemente no se aplican los dispositivos ni preventivos ni paliativos porque sabemos que es una cuestión que está relacionada con la coyuntura social que se está viviendo pero realmente no vemos que haya modificaciones en las actitudes del Ministerio de Salud para hacer prevención de estos hechos”, explicó.
“Después de uno de los incidentes que hubo en este hospital en el transcurso de este año se había planteado restringir en determinados sectores la circulación de personas que no son parte de la institución. Después de los horarios de visita no podemos tener a toda la familia de los pacientes circulando por los pasillos a cualquier hora. Dejar el hospital libre y abierto a la comunidad trae aparejado un riesgo que hoy por hoy no lo podemos sostener. No solo los médicos son agredidos, el personal de enfermería también es amenazado con frases como «te voy a matar», «te voy a reventar», entonces es una situación de violencia que no llega a los golpes pero que se vive cotidianamente”, concluyó.