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Mauro Digerolamo toca en el CEC

Para dejarse llevar a través de la  música, Mauro presenta "Actitud de entrega", su segundo disco, este viernes a las 22, en el Café Vinilo.

Por Javier Hernández

«La actitud de entrega es dejar que las cosas sucedan, es entregarse y que el destino siga; no interferir con el curso natural de los acontecimientos”, opinó Mauro Digerolamo, quien acaba de editar su segundo disco, Actitud de entrega, un trabajo donde propone una forma de atravesar el mundo, las sensaciones y la vida en tiempos de abundancia de información y exageradas poses.
El músico, que en 2009 ganó el concurso de ediciones discográficas rosarinas que organiza la Municipalidad y con eso logró plasmar su tan ansiado primer álbum, llegará esta noche al CEC Vinilo Café (Paseo de las Artes y el río) para, a las 22, dar a conocer su segundo material.
Junto a su banda formada por Fabricio Magaldi (guitarras), Juan José Flores (bajo), Gustavo Fernández (piano), Bruno Ferrúa (percusión) y Tito Barrera (batería), el compositor y guitarrista que pasó por proyectos como Hermosos Perdedores y posteriormente Narguile destacó los logros obtenidos con esta formación. “Sonamos sólido y homogéneo”, describió a El Ciudadano.
Experiencia personal que se plasma en canciones pero que también remite a lugares menos artísticos, para Digerolamo entender el mundo con esta actitud es algo extramusical, “algo para con la vida y con cada cosa que uno hace”, dice.
Intentando no olvidar su motivación emancipada pero adecuándose a determinadas pautas que le permitieran llegar a buen puerto, el músico empezó el disco con algunas rigurosidades. “Ensayamos e hicimos preproducción”, dice; y aclara: “Parece contrario a la actitud de entrega, pero no lo es”.
“El disco habla de la angustia y el trabajo; no menciona la palabra amor en ninguno de los temas; tiene que ver con la búsqueda de mi persona”, dijo Digerolamo. “Creo que son cosas que le pasan a todas las personas –continuó–: todas las personas tienen angustias, no llegan con sus sueldos, todas las personas saben quiénes son y a la vez no lo saben; saben cuál es su misión en el mundo pero también que van a morir. Lo que yo hago no puedo definirlo dentro de algo limitado porque voy aprendiendo todo el tiempo”, describe.
—En algunas bandas locales aparecen letras que revelan la búsqueda de un nuevo lugar social. Se preguntan: qué hago, dónde estoy parado. ¿Existe un movimiento local que esté trabajando eso en simultáneo?
—Hay muchos artistas que están haciendo música de manera independiente en Rosario, y en muchos está el tema de esa búsqueda. Es complicado pero estaría bueno que nos encontráramos. Cuesta juntarse y armar una movida porque también el mundo está muy disperso, no es como en los 60. En esa época estaba el Flower Power frente a la guerra de Vietnam. Ahora uno es uno; tenés amigos que componen pero estamos más dilatados a pesar de haber mucha más información y velocidad.
—El rock actual está más centrado en la subjetividad, a diferencia del de los 60 y 70.
—En los 60 y 70 el mundo estaba en otro momento, ahora no hay enemigos visibles.
—¿Eso conduce a una búsqueda existencial?
—Sí, es una búsqueda personal pero también un digerir de lo que sucedió en esos años porque a nosotros nos siguen inspirando Los Beatles, Charly García, Spinetta y la gente de esa época.

Mucho más que una frase

“Actitud de entrega es una frase que un día me empezó a sonar en la cabeza y que empecé a usar para mí en la vida. Después me pareció un lindo título para una canción y más tarde para un disco”, repasó el rosarino Mauro Digerolamo, quien contó que dentro de ese plan que promueve la expresión “hay muchas energías que se mueven; mucha ansiedad y cosas distintas. Bastantes veces tuve que decirme: ¡actitudde entrega! mientras pasaba el proceso de producción de este disco», confió.

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