Hoy, a más de 37 años de la última de las grandes veladas a orillas del arroyo –la última debería haberse hecho sólo un mes antes de que otra oscuridad, la de la última dictadura, lo envolviera todo– vuelve el histórico Festival de las Quebradas, en el que la música tapará por un rato el sonido nocturno de las cascadas del Saladillo. A partir de las 18 en el escenario natural del recuperado Parque Regional Sur Sylvestre Begnis comenzará la fiesta, que a puro ritmo de tango, folclore y rock se mantendrá al menos hasta el primer minuto del domingo. “Después de tanto tiempo, por primera vez lo vamos a hacer de noche. La intención es que vuelva a ser el festival como los que se hicieron antes”, se entusiasmó Sergio Nazzi, titular de la Asociación Centro Comercial Ayacucho, que junto al centro municipal de distrito Sur Rosa Ziperovich, la Casa de la Cultura Arijón y a una multitud de entidades barriales, sociales, vecinales y de comerciantes vienen poniéndole el cuerpo al Festival.
Según recuerda el historiador barrial Alfredo Monzón, uno de los artífices de al recuperación del hoy Centro Cultural Cine Diana, el Festival de las Quebradas arrancó en la década de 1970, empujado por la vecinal Saladillo Sudeste y la unidad básica de avenida del Rosario y Checoslovaquia. “Se eligió una formación natural dentro de los terrenos de lo que a partir de 1972 sería el Parque Regional Sur. Se contaba con el apoyo de la provincia, que cedía el uso del espacio, y de la Municipalidad, que ponía la iluminación, el escenario y el sonido”.
Con lo principal ya resuelto, la vecinal y otras organizaciones de los populosos barrios del sur pudieron seguir adelante y el primer Festival de las Quebradas se hizo en 1973. “Todos los años para el mes de febrero comenzaba el festival, que duraba tres días: viernes, sábado y domingo. La apertura se anunciaba con fuegos artificiales ya que el espectáculo era nocturno, y el cierre también era coronado con un espectáculo de fuegos artificiales”, recuerda Monzón.
El Festival se hizo así aquel año, volvió en 1974 y en 1975. Pero en 1976 no fue posible: ya hacía rato que se venía anunciando lo que sería el golpe de Estado del 24 de marzo y el inicio “formal” de la más sangrienta dictadura del siglo pasado.
Hasta ese momento, por el escenario montado en medio de las históricas barriadas del Saladillo habían pasado Los Marrupeños, Los Trovadores, Ramón y Monchito Merlo, Quique Llopis, el ballet Estrella Federal y muchos otros. “Llegó a ser un pre Cosquín”, marcó Nazzi.
Todo quedó en el recuerdo, y también el Festival al que muchos, democracia mediante, querían reflotar. Pero recién en la década de 1990 hubo una chance. Según rememora Monzón, de nuevo la Asociación Vecinal Saladillo Sudeste “es la que toma la iniciativa y comienza a trabajar en forma conjunta con la Subsecretaría de Cultura de la provincia”
“Se trabajó muchísimo en su organización. En primer término se realizaron semifinales en el club La Aurora (Empalme Graneros), el club Banco Nación (zona norte) y en el salón del Sindicato de la Carne en zona sur. De allí salieron los semifinalistas que competirían en la gran final en Las Quebradas del Saladillo”.
Monzón recuerda que por entonces se iba subiendo la apuesta cada vez más; ya se pensaba en algo fastuoso. “Se hizo un estudio del suelo para construir una especie de anfiteatro natural y el arquitecto José María Cuesta confeccionó los bocetos del escenario y escenografía”, rememora el historiador.
Y no sólo eso: el escenario “iba a tener como telón de fondo una cascada artificial alimentada con agua bombeada del mismo arroyo”, mientras que las quebradas que están sobre la orilla de Villa Gobernador Gálvez iban a ser realzadas con efectos lumínicos. “En un determinado momento se apagarían las luces y sobre la orilla opuesta se realizaría una representación teatral sobre la captura del cacique ranquel Vicente Pincén, ocurrido en las Quebradas en el año 1872”, rememora Monzón.
Pero todo quedó en nada. El historiador dice que el entonces ministro de Educación de la provincia, Fernando Bondesío, fue quien dio marcha atrás con el financiamiento comprometido “y lamentablemente todo aquello que llevó largos meses de trabajo no se pudo concretar”.
Con todo, ahora, a buena distancia de las frustraciones de los 90, en la zona sur buscan recuperar la grandeza de los 70. Hubo dos intentos: ya no en febrero como originalmente sino antes de cada fin de año, ya no de tres días sino de uno, y ya no de noche sino de tarde, pero en 2010 y 2011 el Festival de las Quebradas empezó a remontarse hasta llegar a hoy, con la gran apuesta de hacerlo después del ocaso y con más organizaciones empujando, como la comisión de socios del banco Credicoop, las colectividades Polonesa y Croata, las vecinales Parque Regional Sur, Saladillo Sud, Saladillo Sudeste e Yrigoyen, la organización no gubernamental PAS, el periódico Crónicas Barriales y programa radial Voces del Sur.