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En medio de la costanera, el arte tiene su Galería Colgante

Por Laura Hintze.- Domingo por medio, autoras y autores exponen su música, sus fotografías, pinturas y poesías en Italia y el río.

Menos hoy, y por razones más que válidas, cada domingo de por medio –siempre que el clima lo permita– el paredón verde que está ubicado en España y el río (Parque de las Colectividades) toma nuevos colores y se transforma en una Galería. Una Galería que sus hacedores decidieron llamar “Colgante” y que ya es habitué del paseo de fin de semana. Fotos, música, poesías y comida casera llegan, pasado el mediodía del domingo, de manera tan coordinada como espontánea  a esta parte del Parque. Allí, dicen los impulsores de La Galería, se genera un espacio que invita a mirar el arte desde otra perspectiva: “Entendemos la cultura como algo colectivo, abierto y para compartir”.

Para quienes suelen frecuentar la costa rosarina, las oportunidades de Feria y encuentro no son noticia. El paseo que –podría decirse, a muy grandes rasgos– comienza en el Monumento y llega a terminar en El Roperito, está colmado de historias. Por fuera de las ferias “oficiales” –como la del bulevar o “Cooltura”– entre los árboles suelen aparecer percheros con ropa hecha a mano, libros impresos en casa, aritos, pulseras, malabares, guitarras y ahora, un “espacio” que, espontáneamente, logra nuclearlos a todos. Desde hace un año, domingo de por medio y luego de almorzar, o recién levantados, un grupo de jóvenes agarra sus bicicletas, sus fotos, sus instrumentos o poesías, alguna torta y el mate, y parte para el Parque de las Colectividades, donde se encuentra con decenas de personas que tuvo la misma idea. Todos juntos, y sus fotos, instrumentos, poesías, hacen a la Galería Colgante un espacio de encuentro que ayer festejó su primer aniversario (ver aparte).

La Galería podría ser Colgante por una cuestión literal: de un alambre cuelgan fotos, dibujos, poesías. Sin embargo, los que la hacen se dicen “medios colgados” y que gran parte del nombre proviene de esas características. Algunos de ellos se encontraron con El Ciudadano y contaron por qué eligieron sumarse a la lista de grupos y espacios que se hacen por fuera del itinerario habitual. “En lo personal, creo que no es por la falta de espacio que hacemos esto domingo por medio, sino que creo que es por la falta de eficacia de los espacios que hay. Tienen horarios de visita, de cierre, un artista prestigioso. Yo creo que el arte es una forma de expresión y que todos pueden hacerlo, donde sea”, explicó Salvador, uno de los impulsores del espacio. “Como nosotros no tenemos espacio concreto, lo creamos. Muchas veces es más concurrido que un museo. Los domingos a la tarde pasan cientos de personas”. Lo único que impide que se haga  la Galería es el clima: la lluvia y el viento son los principales enemigos de estos chicos y chicas. Luego, sólo necesitan alambres, broches, cartones y cinta. Y la presencia de los artistas, que por suerte es abundante.

La Galería Colgante es una invitación abierta y gratuita a mirar fotos, leer algo o escuchar música. Se puede seguir de largo. parar un instante, o quedarse, y hasta volver para mostrar lo propio. “Lo que más disfrutamos de lo que hacemos es el espacio de los domingos. Ya ni siquiera lo organizamos, sino que agarramos las bicis y vamos. Creo que lo nuestro es una forma de entender el arte, no los espacios. Nosotros lo vemos como algo colectivo, abierto, para compartir. Y también como una nueva forma de que la gente se relacione con el arte”, resaltó Julia, otra de las participantes del colectivo.

Julia admitió que le encanta meterse a escuchar las opiniones del público: “Mirá, a vos que te gusta la fotografía”; “Mira qué linda foto”; “Ay, estos jóvenes”, son algunas de las frases que se repiten  cada domingo en boca de personas de todas las edades, de todos los barrios, que pasan por allí. “Los comentarios nos dan ganas. Son un impulso”, resaltan los miembros de la Galería Colgante. Algunas veces, se regalaron fotos y hasta llegaron a vender algunas, pero la intención nunca fue “lucrar”. Ante eso, cabe destacar que en las exposiciones de la galería no hay nombres a la vista. Sin individualidades, queda sólo el colectivo: la Galería Colgante. “Para mí, eso también hace a la obra”, sintetizó Julia.

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