Cristina Fernández de Kirchner cerró anteanoche su agenda oficial y despejó su semana para partir hacia Santa Cruz, donde se recluirá en familia los días previos al 27 de octubre cuando se cumplan dos años de la muerte de su esposo, Néstor Kirchner.
Lejos, en el sur, sin escolta política, la presidenta visitará el mausoleo construido por Lázaro Báez para cobijar los restos del ex presidente.
La orden fue que no viajen dirigentes ni funcionarios pero ayer se hablaba de que podría hacerlo un contingente súper selecto.
Por efecto del cacerolazo del 13-S, que sorprendió e impactó en Olivos, el tono y el alcance de las actividades para homenajear al ex presidente mutaron: a mitad de año se proyectaba un megaacto en Plaza de Mayo, con festival musical y miles de jóvenes.
Para gambetear el duelo callejero y que no se interprete como una movilización a la Plaza para contraponer a los cacerolazos anti-K, la jefa del Estado ordenó suspender ese encuentro y reconfigurarlo. Habrá, entonces, un miniacto “institucional” y “mil” eventos locales.
En reserva, todavía sometido a variables y correcciones –de hecho, varios funcionarios y dirigentes no tenían ayer certeza sobre qué ocurrirá ese día– la actividad por los dos años “sin Néstor” operará en tres segmentos específicos:
n En el plano familiar, con la jefa del Estado y sus hijos, además de su madre y su hermana, con amigos del ex presidente, en Río Gallegos, se planea un recuerdo “íntimo”, según se anticipó. Podría, incluso, ser todavía más acotado que el del año pasado cuando concurrió un puñado de ministros a la que fue, además, la inauguración del mausoleo. Por entonces, Cristina le pidió a gobernadores del PJ que no concurran: lo hicieron 20 días después, el 17 de noviembre, Día del Militante. Sin embargo, aunque la información está encriptada, trascendió que habría “free-pass” para un grupo reducido.
n En lo semiinstitucional, convocado por Unidos y Organizados como versión oficial del kirchnerismo, y con la presencia del vicepresidente, Amado Boudou, ministros del gabinete cristinista como Juan Manuel Abal Medina y Carlos Zannini, y la ristra de dirigentes ultra-K que forman parte del elenco mayor de U&O –de Andrés “Cuervo” Larroque a Edgardo Depetri– además de Carta Abierta, está pensado un encuentro en el Parque Lezama donde se proyectará un video sobre el ex presidente y se leerá un documento sobre “su legado” y el “momento político”. A la hora de los discursos, se turnarían las figuras de mayor visibilidad del planeta K.
n En tanto, “a nivel militancia”, la orden que bajó desde Casa Rosada fue no hacer actos “convencionales” sino actividades que consistan en tareas “productivas” en barrios, escuelas y plazas. El objetivo teórico es que haya algún evento de esa característica en mil lugares centrales del país para anudar un cálculo imaginario: reunir, en cada lugar, entre 100 y 500 personas con lo que se construiría una red “virtual” de entre 100 y 500 mil “militantes activos” recordando a Kirchner. La teoría del medio millón: un simbolismo.
Más allá de ese esquema, habrá una secuencia mucho más amplia por fuera de los parámetros establecidos por Casa Rosada, con menciones, homenajes, misas, marchas y plenarios.
En la mayoría de los municipios y gobernaciones se prepara alguna actividad para esta semana, con epicentros el viernes y el sábado.
Van desde poner el nombre del ex presidente –un clásico desde su muerte– a avenidas, parques o barrios, a inaugurar placas y bustos que recuerden a Kirchner como el que se colocará el viernes en la sede del PJ de La Plata, hecho por Jerónimo Villalba, autor de la estatua instalada en Río Gallegos.
Para el mismo día está previsto, también, que se inaugure el Centro Popular Néstor Kirchner como “centro de estudios” vinculado a Unidos y Organizados, mientras se proyecta para mediados de noviembre la avant premiere –y posterior presentación en salas comerciales– del documental sobre Kirchner.