El primer ministro griego, el conservador Antonis Samaras, anunció ayer que Grecia alcanzó un acuerdo con la troika de acreedores internacionales, Banco Central Europeo (BCE), Fondo Monetario Internacional (FMI) y Comisión Europea (CE), sobre las medidas de ajuste exigidas para seguir recibiendo ayuda financiera. En ese marco recortará 13.500 millones de euros. En el plano laboral, se comprometió a ampliar la jornada de trabajo, congelar salarios y reducir indemnizaciones..
“Si aprobamos este acuerdo y votamos el presupuesto, Grecia permanecerá en el euro”, señaló Samaras. El Ejecutivo tuvo que negociar arduamente para tratar de llegar a un consenso con sus socios políticos en la coalición .
La semana pasada había anunciado la posibilidad de un acuerdo. Sin embargo, los dos socios progresistas de Dimar y Pasok se oponían a algunas de las exigencias de la troika. Ambos partidos, que junto con la conservadora Nueva Democracia integran el gobierno, se negaban a que la troika exigiera flexibilización laboral.
Según fuentes de la cartera laboral citadas por la agencia de noticias pública Amna, la troika se plantó ya el domingo pasado y dio por “cerrada” la discusión. Entre las medidas exigidas se destacan la ampliación de la semana laboral a seis días, la reducción de las indemnizaciones por despido, la eliminación de los aumentos salariales por antigüedad y el congelamiento de los salarios hasta que el índice de desempleo se sitúe por debajo del 10 por ciento. “El problema no es ésta medida o la otra… sino lo que podría ocurrir si no aprobamos el acuerdo, sumiendo al país en el caos”, declaró el primer ministro.