Tras un nuevo recorrido al Batallón 121, concejales, organismos de derechos humanos, y el secretario de Planeamiento de la provincia, Gerardo Barros, se comprometieron ayer para que un sector del Batallón sea preservado como sitio histórico y de memoria. Así, el proyecto de reconversión del predio de la zona sur de Rosario, que se está analizando en el Concejo Municipal y podría aprobarse antes de fin de año, tendrá anexada una propuesta para preservar el primer Pabellón del lugar, que funcionó como centro clandestino de detención. “Pretendemos que sea un lugar de memoria, pero de memoria «grande», que incluya al barrio y a toda la historia del Batallón”, declaró Olga Moyano, quien en 1978 estuvo detenida en el lugar.
De la visita, que tuvo lugar ayer, participaron sobrevivientes de la represión, ex detenidos y miembros de organismos de derechos humanos, Hijos entre ellos. También estuvo presente el secretario de Planeamiento de la provincia, Gerardo Barros, y los concejales Maria Eugenia Schmuck, Viviana Foresi, María Fernanda Gigliani, Roberto Sukerman y Alberto Cortés. Los concejales, miembros de las comisiones de Planeamiento y Derechos Humanos, coincidieron en la necesidad de confluir en el trabajo para hacer del lugar “un espacio de memoria y de recuperación colectiva de la memoria, que incluya también al barrio”.
El recorrido comenzó en el primer pabellón, el de la Guardia Médica, donde funcionarios y concejales fueron guiados por los propios sobrevivientes. Cuatro o cinco ex detenidos señalaron cada rincón, contaron cómo era el lugar en su época, dónde estaban las celdas, los baños. Ahora, las paredes están blancas y el lugar no tiene signos de represión. Sin embargo, con el relato que acompañó el recorrido, el edificio se vuelve escalofriante, tenebroso. “Hay que preservar esta ala; este es un espacio vinculado a la represión, que atraviesa muchas generaciones, no sólo la dictadura del 76. Por eso, a la par hay que relevar la historia de todo el lugar y el barrio”, señaló Juan Basso, representante de Hijos Rosario.
“Cuando la provincia anunció un llamado para rediseñar y recuperar todo el predio del Batallón 121, nosotros, desde Hijos, pedimos que los participantes del concurso tuvieran en cuenta que el lugar, en su totalidad, tiene una historia vinculada a la represión. Y que en este pabellón en especial, el número uno, funcionó un centro clandestino de detención. Ese fue nuestro primer planteo. Ahora que el proyecto oficial está en la esfera del Concejo Municipal, no sólo recordamos nuestro planteo, sino que fuimos con la propuesta concreta de que el lugar sea señalizado como un sitio de memoria y sea utilizado para cuestiones vinculadas a la memoria”, contó Basso a El Ciudadano. Y agregó: “Vimos muy buena predisposición de los concejales, y hoy (por ayer) vinimos con un representante de la provincia que se muestra abierto a que se avance en este sentido. Hoy se comprometieron a anexar nuestro pedido al proyecto general. Después viene la nueva etapa: ¿cómo le damos sentido a este nuevo espacio?”.
De regreso
Olga Moyano fue una de las ex detenidas que acompañó a la “visita” y la guió por el lugar que hace años fue sede de su calvario. Llegó al Batallón a mediados de agosto, después de haber cumplido 21 años. Estuvo hasta fines de septiembre, para luego ser trasladada a la sede del comando –actualmente el Museo de la Memoria–, y después a Devoto. “Se llamaba Lugar de Reunión de Detenidos Subversivos. La custodia externa estaba a cargo de gendarmería, mientras que la interna y de los detenidos estaba a cargo de la policía militar del 121; y también había suboficiales y soldados. Adentro, todo estaba boxeado, con celdas individuales”, relató. Ella no pudo estimar cuántas personas estuvieron detenidas allí, dijo que aún no hay registros, pero que durante su detención fueron cerca de cinco personas las que estuvieron presas.
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