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La trascendencia de la imagen en la cultura de estos tiempos

Por Silvana Comba / Edgardo Toledo.- El investigador colombiano Armando Silva, habla de su proyecto “Culturas urbanas desde sus imaginarios sociales”.


Las ciudades han estado siempre presentes en la literatura, en la música, en el cine y también en estudios provenientes de distintas disciplinas. En esta entrevista, el  investigador colombiano Armando Silva, escritor y doctor en Literatura comparada de la Universidad de California,  habló sobre su proyecto “Culturas urbanas desde sus imaginarios sociales”, en el que rescata la importancia de la imagen en la cultura actual.

Las ciudades imaginadas

“En nuestro proyecto Culturas urbanas desde sus imaginarios sociales, del convenio Andrés Bello y 20 instituciones educativas de América latina –entre ellas la Universidad Autónoma de México, la de Buenos Aires, la de San Pablo y la Nacional de Colombia–, intentamos dar cuenta de cómo lo visual permea las culturas urbanas. Abordamos lo urbano no tanto como una categoría geográfico-espacial, sino como un territorio sociocultural contemporáneo que excede los límites de lo que tradicionalmente se considera ciudad. La ciudad pasa a ser, entonces, una red simbólica en permanente construcción y expansión. El uso que estamos dando a las ciudades es cada vez más imaginado”.

“Para esta investigación usamos fotos y recogimos y analizamos objetos que muestran las fantasías de los habitantes de las ciudades, como álbumes de familia o carátulas de discos. Y, a su vez, seleccionamos muestras de medios donde se representan. Con todo ese material intentamos reconstruir el modo de ser de las culturas iberoamericanas. Como resultado de la investigación editamos el libro Imaginarios urbanos (2006)”.

“Así fuimos descubriendo que Buenos Aires todavía llora a Eva Perón; Bogotá aún padece el asesinato de Gaitán que origina una violencia endémica continua; Santiago asocia sus innumerables terremotos a otro más grande y sonoro, el eterno general Pinochet; Montevideo se mira nostálgico como un puerto sin porteños pues el del puerto y la bahía ya no existen en el imaginario, apenas en la realidad; Caracas siente que lo grande se fue con el dictador reformista Pérez Jiménez; México DF todavía se pregunta por los aciertos de su revolución que se quiso popular y democrática; Ciudad de Panamá ve que su canal une las dos Américas, pero también sospecha que las separa; Lima ve que de la ‘ciudad jardín’ colonial sólo quedan restos en su centro histórico Quito teme al volcán Pichincha y todos los días se levanta agradecida con el milagro; en La Paz sus moradores comprueban con rabia que una decisión administrativa la dividió en dos y San Pablo recuerda a los de la Terra dos Bandeirante, sus reconquistadores, en la torre de babel étnica de su nueva composición”.

Las tecnologías

“En el trabajo que desarrollo sobre imaginarios urbanos, la tecnología juega un papel determinante. Cada tecnología va generando determinados tipos de imaginarios sociales. La escritura promovió el desarrollo de la literatura; el cine intensificó el vínculo con los sueños y las tecnologías virtuales hoy están generando el imaginario de las cercanías y las distancias”.

“La tecnología participa en ese doble juego, que lo lejano esté cercano, y que lo cercano parezca también lejano; de hecho las tecnologías digitales hacen que se transforme el concepto de vecindad. Es decir, somos vecinos del planeta pero a la vez hay un efecto de distancia, puesto que estas tecnologías contemporáneas, al trabajar fundamentalmente sobre el concepto virtual, van generando la no presencia. Todo esto afecta a la ciudad, al concepto de identidad, al concepto de lo grupal”.

“En las investigaciones en las que trabajamos, cuando uno mira cuáles son los sectores que más podrían estar globalizados _globalización es una palabra con la que siempre discutí_ advertimos que efectivamente hay ciertos sectores sociales como las juventudes donde se dan procesos transnacionalizados de la moda, las comidas, las instrucciones de vida, que están marcados por las tecnologías actuales. La tecnología no es neutra, construye una manera de ser de la sociedad, nuevos modos de ser y de comunicarnos”.

“La educación formal no ha sido capaz de aprovechar todo el potencial que las actuales tecnologías de la imagen ofrecen para comunicadores y periodistas. Hay que experimentar mucho más en ese sentido. En esa dirección creo que van los usos que los ciudadanos estamos haciendo de las tecnologías digitales vinculadas a la imagen: las cámaras de fotografía y video digitales y los celulares que permiten fotografiar.  La imagen es hoy un lenguaje que no está sólo en manos del poder,  está en manos de todo el mundo, o sea que todo el mundo puede hacer ejercicio de su poder.  Estamos compartiendo el poder, ése es el verdadero cambio de la tecnología.  Hoy día cualquiera capta una imagen y sin querer compromete o denuncia, o sea, sin querer porque quizá no lo establece concientemente. Hoy el poder no está sólo en los medios masivos de comunicación. Con la telefonía celular ya ni siquiera hace falta una cámara doméstica, como hace un tiempo, y se amplificó enormemente la capacidad de generar imágenes y luego hacerlas públicas a través de la red gracias a la maleabilidad de lo digital. No son trabajos solitarios sino en red, eso es lo que les da la potencia y la capacidad de denuncia, otorgando un poder muy fuerte a la ciudadanía”.

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