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Dalmasso: 6 años sin respuesta

El representante legal del viudo de Nora aseguró que, pese a que hay “elementos para investigar”, la causa se encuentra “virtualmente paralizada”. Sin embargo, adelantó que entre jueves y viernes pedirá nuevas diligencias procesales.


A seis años del homicidio de Nora Dalmasso, encontrada desnuda y ahorcada en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, el abogado que representa a su familia dijo que hay “elementos para investigar” que no fueron profundizados y que la próxima semana solicitará nuevas pruebas.

Se trata de Marcelo Brito, quien hasta el mes pasado asesoraba como defensor al hijo de la víctima, Facundo Macarrón (25), acusado de “homicidio calificado” en grado de “sospecha leve”, ahora formalmente desvinculado de la causa al ser sobreseído por el juez de Río Cuarto, Daniel Muñoz.

Como letrado querellante en representación del viudo de Dalmasso –Marcelo Macarrón– y su hija, Brito afirmó en diálogo con Télam que al cumplirse el sexto aniversario del homicidio la causa se encuentra “virtualmente paralizada”.

Sin embargo, Brito anticipó que “el jueves o viernes”se presentará ante el fiscal de la causa, Javier Di Santo, para solicitar “nuevas diligencias procesales”.

“Voy a proponer algunas diligencias probatorias, ya como querellante particular”, dijo Brito y aclaró: “Estas diligencias ya las venía solicitando con anterioridad. Ahora ya como acusador privado, le voy a proponer ciertas medidas, algunas de las cuales nunca fueron materializadas y otras fueron denegadas”.

Brito precisó que las pruebas que solicitará son “del campo científico, para tratar de indagar y profundizar la investigación en relación a rastros genéticos”, en referencia a los hallados en el cuerpo de Dalmasso, que hasta ahora no se pudieron identificar.

Además, el abogado agregó que creía que “desde el punto de vista objetivo y más allá del tiempo transcurrido, hay datos probatorios que existen en la causa sobre los que no ha profundizado la investigación”.

Brito dijo que si bien creía que “el transcurso del tiempo opera negativamente para el descubrimiento de la verdad”, el fiscal tiene todavía “el poder de investigar” y “elementos para investigar” que no fueron profundizados.

“Espero que él (por Di Santo) demuestre que si la ley lo ha dotado de determinados poderes los pueda ejercer en plenitud y efectivamente los materialice. Hay que renovar y oxigenar la investigación y buscar los rastros genéticos que no se buscaron antes”, concluyó.

El asesinato de Dalmasso fue descubierto en las primeras horas de la tarde del 26 de noviembre de 2006 en su casa del exclusivo barrio Villa Golf de la ciudad de Río Cuarto.

La mujer fue encontrada desnuda en la habitación de su hija, con golpes en el rostro y otras partes del cuerpo y signos de haber sido ahorcada. El peritaje forense determinó que había sido asesinada al menos 12 horas antes, por lo que se dictaminó que falleció el día 25.

Su esposo, traumatólogo local, se encontraba en esos momentos participando de un torneo de golf en Punta del Este, Uruguay, en tanto que la hija de ambos estaba en Estados unidos. Junto al marido de Nora estaba su amante, quien le dio la noticia de la muerte de su esposa y luego lo acompañó de regreso a Córdoba.

A lo largo de la investigación se manejaron varias hipótesis: una apuntó a un crimen durante un juego erótico, otra a un estrangulamiento durante la consumación de una relación sexual y a un homicidio cometido tras un abuso sexual.

Desde 2007, el hijo de la víctima (Facundo) quedó imputado de “homicidio calificado” en grado de “sospecha leve” (lo que le permitía estar libre) en base a informes genéticos que determinaron que había un haplotipo “Y” del linaje Macarrón en muestras del cadáver.

Luego, estudios encargados a la Agencia Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI), y ensayos que el laboratorio del Poder Judicial cordobés tardó casi un año y medio en producir, determinaron que las marcas genéticas correspondían al viudo de Nora.

El peritaje estableció que el semen del marido pudo haber sobrevivido hasta seis días en el cuerpo, por lo que su coartada quedaba corroborada.

Por el crimen, también había sido acusado y detenido en febrero de 2007 el pintor Gastón Zárate, quien había realizado tareas de pintura en la vivienda de la víctima. Los vecinos de Río Cuarto lo apodaron “perejil”, ya que desde un comienzo su participación en el crimen estuvo en duda. Finalmente fue sobreseído, por lo que la causa actualmente no tiene imputados.

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