Representantes étnicos de comunidades indígenas de Argentina y el resto del continente, maestros de yoga, psicoterapeutas, bioquímicos, abogados, físicos cuánticos, entre otros. Todos están reunidos –entre ayer y hoy– en el 3ª Encuentro Nacional e Internacional sobre Chamanismo y Estados Ampliados de Conciencia, que se realiza en Rosario, precisamente en el Museo Histórico Provincial Julio Marc, ubicado en el Parque Independencia. Entre los ejes del encuentro está la integración de sistemas médicos –entre ellos la utilización de ayahuasca– para el tratamiento de dependencias a sustancias, chamanes y sanadores tradicionales indígenas y estados no ordinarios de conciencia.
“Algunos pueblos originarios hablan, dentro de sus profecías, de un encuentro entre el mundo científico occidental y las antiguas tradiciones de sabiduría, tanto la del chamanismo indoamericano como el oriental”, contó a El Ciudadano Diego Veigas, antropólogo, abogado y uno de los organizadores de las Jornadas. Lo de ayer –que se repite hoy– no es el cumplimiento de ese vaticinio, pero se asemeja. Especialistas de varias disciplinas se encontraron para compartir experiencias de encuentro de occidente con las medicinas antiguas indígenas y rituales chamánicos; y la conjunción de tradiciones ancestrales con los problemas contemporáneos derivados de una “desconexión con la naturaleza y el cosmos”.
“Hay un gran interés por recuperar esa conexión que se perdió, por lo cual vivimos en una neurosis. Esa reconexión que se busca no sólo es en su aspecto físico, sino que va más allá, a la parte más profunda de nuestra psiquis que se conecta con la conciencia global. Hemos mal supuesto que la conciencia está alojada en nuestro cerebro y sólo abarca un aspecto individual; pero en realidad somos parte de la conciencia universal”, señaló Veigas.
El diálogo, la apertura de paradigmas y el encuentro con los pueblos originarios son algunos de los pasos propuestos para encontrar las herramientas que ayuden a la reconexión con la naturaleza y el cosmos. Llegar a los “estados ampliados de conciencia” es, en este caso, una de las formas. Pero además, estos estados “no ordinarios” de conciencia son una forma terapéutica de tratar enfermedades y adicciones típicas del sistema en que se vive.
“El ser humano vive en un estado de vigilia, de atención, en el que se da cuenta de la realidad circundante. Pero también existen otros estados de conciencia, y fluctuamos permanentemente entre ellos. El sueño, el momento inmediato antes de dormir y el inmediato después de despertarse, son estados no ordinarios. El ser humano siempre tuvo la intuición de que hay determinadas capas muy profundas de la psiquis a las que se tiene acceso. Hay gente que puede acceder espontáneamente, mientras que otros pueden hacerlo a través de plantas maestras o rituales”.