La decisión de la Corte de Apelaciones de Nueva York de dejar en suspenso el fallo del juez Thomas Griesa en el juicio con los “holdouts” de la deuda argentina dio aire al gobierno, en medio de pulseadas clave fronteras afuera y adentro.
Ahora, la presidenta debe resolver en qué condiciones reabre el canje de la deuda para lo cual llamará a sesiones extraordinarias y suspender la ley Cerrojo que impide la realización de nuevas ofertas a los bonistas que no aceptaron las dos reestructuraciones anteriores.
Dentro del bloque oficialista en la Cámara de Diputados barajaban la posibilidad de que la convocatoria presidencial sea para el próximo 16, pero es posible que se postergue mientras el Ministerio de Economía define con más tiempo los alcances de la nueva oferta para el 7 por ciento de bonistas que no adhirió al canje.
Seguramente será una propuesta similar a las anteriores pero con pocos interesados, porque esa masa de bonistas está conformada en su mayoría por fondos buitre que buscan cobrar el valor total de sus bonos, pero implicará una muestra de buena voluntad en medio del litigio en los tribunales de Nueva York.
Esa pelea también mantiene retenida a la Fragata Libertad en Ghana por una demanda del fondo especulativo NML Capital. Esta semana se llevaron a cabo las audiencias en el juicio que la Argentina hizo al país africano en el Tribunal Internacional de los Derechos del Mar en Hamburgo.
El presidente del tribunal, el japonés Shunji Yanai, puso como “fecha provisional para la lectura de la ordenanza el 15 de diciembre”. Ese día, la Argentina espera que la fragata sea liberada, aunque el pleito de fondo posiblemente siga.
El equipo jurídico de la Cancillería, encabezado por Susana Ruiz Cerrutti, argumenta que la fragata, buque de guerra de su Armada, no es embargable. Ghana considera que no tiene inmunidad debido a que la Argentina renunció a ella al emitir bonos en 1994 bajo legislación de Nueva York.
Reclama además que se paguen los gastos del caso que calculó hasta ahora en 9 millones de dólares.
El próximo jueves podría haber otra situación de tensión en el puerto de Tema, porque Ghana podría remover el buque, anclado en el muelle más utilizado a otro, pese a la resistencia argentina.
Aliado clave
Tal como ya se dijo en otras oportunidades en esta columna, la Argentina tiene un aliado clave pero no excluyente en las peleas que lleva adelante en el ámbito internacional: China.
El gigante asiático, que a su vez busca equiparar su peso político a su influencia económica y para ello se fijó en Latinoamérica, recibió un pedido de apoyo de la Argentina en torno del caso de la Fragata Libertad y respondió positivamente.
Supo este columnista que a través de su embajadora en Ghana China envió una nota al gobierno ghanés para que se lograra una solución amistosa del conflicto.
Pekín también tomó nota de lo que ocurre en los tribunales de Nueva York y trascendió que podría interceder en el directorio de 24 miembros del FMI que se dispone a analizar el espinoso tema de las estadísticas argentinas, el próximo 17.
Ese encuentro llega precedido de tensión. Luego de que el FMI diera 90 días al gobierno para comenzar a corregir las poco creíbles cifras del Indec, la presidenta del también cuestionado organismo amenazó con “sacar tarjeta roja” a la Argentina.
Pero el gobierno no dio señales de que vaya a instrumentar cambios: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ratificó que la inflación argentina es del “10 por ciento anual” al encabezar una cumbre industrial en Tecnópolis.
La Iglesia, el PJ y el 7D
La política interna gira en torno de a la puja entre el gobierno y el Grupo Clarín y a la anticipada interna del peronismo. Ninguno de esos temas que consume energías de buena parte de la dirigencia resolverá los problemas que inquietan a la sociedad.
Después de un fallo salomónico de la Corte Suprema el interrogante es si la Justicia interrumpirá el proceso que el gobierno quiere poner en marcha el 7D –en rigor sería el lunes 10– y que afecta directamente al patrimonio del Grupo Clarín.
En ese contexto, la Iglesia volvió a fijar posiciones políticas al advertir sobre la posibilidad de que el país se divida en bandos irreconciliables. Más allá de su acierto en el diagnóstico, pareció tomar el mensaje de uno de los bandos en pugna.
El gobierno atribuye la ideología del documento a dos hombres influyentes de la institución: el arzobispo de Buenos Aires y ex jefe de la Iglesia, Jorge Mario Bergoglio, y el actual administrador apostólico de la diócesis Merlo Moreno, Jorge Casaretto.
No obstante, sigue abierto el crédito con la cúpula actual del Episcopado, encabezada por José María Arancedo, al punto que será recibida por la presidenta el próximo 18.
En ese marco, Cristina Kirchner bendijo que el PJ bonaerense se reúna para cumplir con el proceso legal de renovación de autoridades que asoma difuso para 3l de marzo de 2013. Pero en los hechos activó la interna de cara a las elecciones.
El Consejo del PJ provincial se reunirá el viernes, nada menos que el 7D, y mostró anticipadamente la división entre ultrakirchneristas y el resto. Este último grupo reunió a consejeros que responden a Daniel Scioli, Sergio Massa y Hugo Moyano para fijar una estrategia común.
Lo paradójico es que la reunión tiene entre sus objetivos aceptar la renuncia del dirigente camionero y sus alfiles al frente del partido. Ahora parece que sólo Moyano renunciaría, ya que los “porotos” del resto empiezan a contar.