Antes de llegar a Vancouver, los noruegos necesitaban dos metales dorados para llegar a la centena, y en dos días superaron los pronósticos para llegar a los 101 metales dorados gracias a sus especialistas del esquí de fondo.
El miércoles, la rubia Marit Bjoergen se impuso en el sprint, y 24 horas después los biatletas Emil Hegle Svendsen y Tora Berger ganaron las pruebas de 20 y 15 km del esquí de fondo.
Mientras tanto, Canadá siguió en plena efervescencia dorada y consiguió su tercer pergamino olímpico de estos Juegos gracias a triunfo de Christine Nesbitt en los 1.000 m del patinaje de velocidad, por delante de las holandesas Annette Gerritsen y Laurine van Riessen.
Aunque sin dudas la nota sobresaliente de la jornada fue la actuación de la estadounidense Lindsey Vonn quien en 24 horas cambió lagrimas de alegría por otras de tristeza.
La esquiadora que estaba llamada a ser una de las grandes figuras de estos Juegos y que en su debut había cumplido con los pronósticos al quedarse con el oro en la prueba de descenso, en esta jornada un error de cálculo le hizo perder pie en una curva, y le hizo caer en medio de trayecto frustrando sus sueños de convertirse en bicampeona olímpica.
El tropezón le abrió las puertas del triunfo a la alemana María Reisch, que marcó un tiempo combinado de 2 minutos, 9 segundos y 14 décimas para relegar a la plata a la estadounidense Julia Mancuso (2:10.08) y el bronce a la sueca Anja Paerson (2:10.19).