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Moyano acusó al gobierno de realizar un “ajuste encubierto”

El líder de la CGT Azopardo encabezó la movilización a Plaza de Mayo junto a la CTA-Micheli y otros sectores opositores.

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El titular de la CGT opositora, Hugo Moyano, encabezó ayer una movilización a Plaza de Mayo en la que le pidió a la presidenta Cristina Fernández que “se ocupe de la inflación y la inseguridad”, y acusó al gobierno de aplicar un “ajuste encubierto” siguiendo “las recetas más ortodoxas del FMI”.

Moyano lideró la convocatoria con el titular de la CTA opositora, Pablo Micheli, quien advirtió que “si no hay respuesta” desde el gobierno nacional a los reclamos por un “salario digno, habrá más paros”.

La marcha reunió a la CGT y la CTA, con la CGT Celeste y Blanca de Luis Barrionuevo y otras organizaciones como la Federación Agraria, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, Teresa Vive y la FUA.

También se registró la presencia de referentes opositores como el radical Ricardo Alfonsín (ver aparte), el diputado de Proyecto Sur Fernando Pino Solanas y Eduardo Amadeo, por el Peronismo Federal, entre otros.

Moyano inició su discurso con un pedido a la mandataria para que “se ponga la mano en el corazón” y le dé “el dinero que se les debe” a los jubilados por el 82 por ciento del salario mínimo, vital y móvil que resolvió la Corte Suprema.

“Hacemos un llamado a la presidenta de la Nación, que se ponga la mano en el corazón y que piense en estos viejos que necesitan el dinero que se les debe”, enfatizó Moyano, quien comenzó el acto con “un desagravio a los jubilados”, que «fueron tildados de buitres o caranchos» por la mandataria.

A manera de ejemplo citó el caso de su madre, Celina Carrizo de Moyano, quien, según contó, tiene 95 años, cobra 1.868 pesos y «si no hubiese sido por la ayuda» de la pensión de su marido y el aporte de sus cuatro hijos «no podría vivir con el salario que gana».

Otro de los ejes de la convocatoria fue el reclamo por las asignaciones familiares y el pedido de la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias que todas las centrales obreras mantuvieron durante 2012, sin alcanzar una actualización.

“Es un robo que se le hace a los trabajadores, compañeros; es lisa y llanamente un robo ese impuesto perverso y el gobierno se hace el distraído o está distraída”, criticó Moyano en referencia a la presidenta.

El líder cegetista se refirió al tributo como el “impuesto maldito que este gobierno maldito mantiene para seguir manejando la caja” y cuestionó que no se sepa “dónde va el dinero que le sacan a los trabajadores”.

Allí denunció que la estrategia del gobierno en materia tributaria “es lo que determinaba en su momento el Fondo Monetario Internacional, es un ajuste encubierto”, y recordó que los países que se “subordinan” al organismo “lo primero que hacen es congelar salarios”.

Moyano admitió que «muchas veces fue rechazada la presencia» de los emisarios del organismo, pero al mismo tiempo remarcó que (el gobierno) “ya no necesita que le den órdenes, lo hacen por propias convicciones”, y los acusó de avanzar con las “recetas más ortodoxas” del FMI.

Micheli, por su parte, brindó un mensaje más breve en el que aclaró que la marcha “no es contra ningún gobierno ni contra nadie”, sino “en defensa de la dignidad de los trabajadores” y reclamó “diálogo a la presidenta”.

“Vamos a levantar la copa para brindar por los derechos de los trabajadores, que no son defendidos por los alcahuetes arrodillados ante el poder”, lanzó Micheli en directa referencia a los sindicalistas vinculados al gobierno y advirtió que “si no hay respuesta y no hay salario digno habrá más paros”.

El día elegido para la movilización generó rechazos

La movilización de ayer encabezada por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, generó el rechazo por parte del oficialismo nacional, algunos políticos de la oposición y dirigentes gremiales cercanos a la Casa Rosada.

El ministro de Planificación, Julio de Vido, lamentó ayer “que hayan elegido el 19 de diciembre” para realizar una marcha “cuando en la misma fecha de 2001 existió la firme decisión de reprimir a grupos sociales que venían a pedir de comer” y dijo que ahora en cambio protestan “para que se suba el mínimo no imponible (en Ganancias) y por la plata de las obras sociales”.

“Cualquier petición es legítima pero lamento que hayan elegido el 19 de diciembre, cuando en la misma fecha de 2001 existió la firme decisión de reprimir a grupos sociales que venían a pedir de comer”, insistió.

Por su parte, el secretario general de la CTA cercana al gobierno, Hugo Yasky, calificó ayer como “una falta de respeto, irracional y oportunista” a la marcha convocada por las centrales obreras opositoras.

El sindicalista dijo que “hay oportunismo por querer juntar el agua con el aceite, a la derecha, al Momo (Gerónimo) Venegas, que es el rey del trabajo precarizado, con (Luis) Barrionuevo, con Moyano, con Micheli, con los radicales, y encima hacerle guiños a los caceroleros a ver si los seducen y también forman parte”.

Por último, el ex senador nacional radical Leopoldo Moreau cuestionó ayer el respaldo de la conducción de la UCR a la marcha en Plaza de Mayo que, dijo, tiene “un claro sentido político” de “un sector que quiere ascender políticamente”.

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