Hace diez años Susana Pendino recibió el primer aviso de desalojo de la casa que ocupa en Cabildo 1216, a la altura de San Martín al 6000. Cinco años después falleció su madre, propietaria del inmueble, y “había que hacer algo para evitar que me quedara en la calle”. Susana se gana la vida vendiendo repasadores y está a cargo de un hijo. Pero además comenzó a juntar tapitas de plástico, diarios y cartones y así fue reuniendo cada peso para pagar cuotas cada vez más asfixiantes. Su caso recorrió los medios y no dejó puerta sin golpear. “La vida me cruzó con gente muy buena que me tendió una mano, soy una agradecida al concejal (Aldo) Poy, al club Central Córdoba y a la Asociación Rosarina de Fútbol, que con partidos a beneficio me ayudaron a que finalmente pudiera pagar las deudas”, dijo ayer emocionada Pendino, de 55 años.
“Cuando Poy se enteró de mi caso habló con la Rosarina y se organizaron partidos a beneficio en Central Córdoba para recaudar fondos”, agregó la mujer. Ayer, el edil demoprogresista, junto al presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, y al presidente de la Rosarina, Mario Gianmaría, hicieron entrega de 22 mil pesos que se reunieron para ayudar a Susana.
“Conté con el apoyo de todos los ediles y para nosotros significa la posibilidad de brindar una ayuda invalorable a Susana y su familia”, explicó Poy.
Un error
“Mientras vivía mi madre paramos dos remates”, relató Pendino. La pesadilla comenzó en 2002, cuando la casa fue embargada después de haber sido presentada como garantía por un alquiler que no se abonó. “Cometí un error hace muchos años; mi madre había salido como garante de un alquiler que no pude pagar y desde entonces la casa está en peligro”, recordó Susana, quien tiene a su único hijo sin trabajo y sus vecinos la han ayudado con la organización de sorteos, té canasta y diferentes rifas para recaudar fondos. “Sin el apoyo de la gente del barrio no se qué hubiera hecho. También agradezco a los medios que se hicieron eco de mi situación”, agregó Susana, quien tiene lista una camiseta de Rosario Central original para rifar a cambio de 15 pesos el bono y terminar de cerrar “con algunos impuestos atrasados”.
Desde 2005 Susana batalló para evitar el remate de su casa en zona sur y se las arregló haciendo colectas de tapitas plásticas, llaveros, candados y papeles. “Todo sumaba. Me iba hasta Villa Gobernador Gálvez a vender diarios y cartones y en la zona norte de Rosario tenía quien me compraba el kilo de tapitas plásticas; fue muy duro pero en el camino me encontré con la solidaridad de la gente. Creo que cuando uno se pone una meta la puede llevar adelante”, agregó.
En tanto, el titular de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría, señaló que “con estos actos podemos devolverle a la sociedad parte de todo lo que nos brinda permanentemente. No es la primera vez que nos involucramos en estos asuntos y estamos orgullosos de poder cerrar 2012 de esta manera”.
La entidad que nuclea a los clubes de fútbol rosarinos se encargó de la organización de los partidos a beneficio, realizados fundamåentalmente en el Gabino Sosa, donde futbolistas de Newell’s, Central, periodistas y personalidades destacadas se sumaron a esta movida solidaria que terminó frenando el remate de la humilde casa de Cabildo 1216.