En una tendencia que se viene repitiendo con firmeza en los últimos años, la ciudad volvió a lucir en 2012 su chapa de prestigio como una de las principales capitales nacionales de la música clásica; tanto por su condición de receptora de importantes formaciones internacionales que llegaron al país –algunas de las cuales tuvieron como único escenario el local– como por el invalorable quehacer de instituciones rosarinas que abogaron por seguir ampliando el abanico de ofertas culturales para toda la ciudadanía.
Dentro del gran abanico que suele conocerse como “música clásica”, los rosarinos y visitantes de la ciudad se vieron implicados por una pluralidad de ofertas artísticas, entre las que se destacaron orquestas, filarmónicas, óperas, cuerpos de ballet, solistas y orquestas de cámara en un año que, seguramente, quedará en la memoria de muchos de los que transitaron y enriquecieron su espíritu con estas experiencias.
El año también marcó el regreso de célebres figuras. Quizá la más trascendental de todas fue la visita de la famosa pianista Martha Argerich quien, tras siete años de ausencia en el país, llegó a la ciudad para realizar tres veladas a sala llena en el teatro El Círculo, una de ellas en el marco de la Temporada por Abono del teatro junto con el rosarino Daniel Rivera.
Considerada una de las mayores exponentes de su generación, Argerich reapareció en un escenario argentino para interpretar, entre otras, obras de Mozart, Brahms y Liszt. Lejos de Buenos Aires, donde prometió no volver a tocar, la pianista también brindó dos conciertos abiertos, uno junto al Martha Argerich Present Project y otro con Néstor Marconi.
El bandoneonista rosarino también sería protagonista de otro hecho fundamental de 2012 al presentarse junto con la Camerata Bariloche en un concierto que buscó mantener viva la memoria del famoso compositor Ástor Piazzolla, a 20 años de su muerte.
Pero este también quedará en la memoria como un año de importantes aniversarios: el Coro Estable Rosario celebró nada menos que sus Bodas de Platino al soplar las “primeras” 70 velitas mientras que la división juvenil de la institución computó 50 años de canto coral; además, el Pro Musica de Rosario que fundara el maestro Cristián Hernández Larguía festejó sus Bodas de Oro con medio siglo de historia. La Asociación Cultural El Círculo, por su parte, conmemoró su centenario, y el Mozarteum Argentino Filial Rosario festejó su trigésima temporada de abono ofreciendo una programación de primer nivel.
En Rosario, la música clásica no se detiene y, con el motor de la pasión –muchas veces desinteresado– de sus propios protagonistas, el aporte de un público específico, pero también de nuevos actores que se suman a esta faceta que ofrece la rica vida cultural local, el año dejó la impresión de que este “mundo” está pasando por un buen momento. Y los números lo respaldan con un promedio anual de más de dos conciertos diarios.
En un momento en que los principales organizadores comienzan a difundir los platos fuertes para su temporada 2013, cabe preguntarse por el fundamental apoyo que las instituciones artísticas de menor alcance comercial –pero no por tanto menos profesionales– necesitarán para fortalecer ese rumbo de crecimiento de los últimos lustros.
La brecha de posibilidades entre los circuitos privados de producción de conciertos y muchas instituciones que, lejos de ser amateurs, siguen subsistiendo y aportando el grueso de propuestas culturales con el pequeño aporte de sus mismos protagonistas, sigue siendo un tema candente y delicado que involucra a varias partes y donde el Estado tendrá que librar un rol sustancial en su porvenir.
En este sentido, resulta una buena señal la incorporación –hacia mitad de 2012– de la por más de 25 años directora del Grupo Juvenil del Coro Estable Rosario, Irene Chaina, en la Secretaría de Programación Sociocultural y Educativa como subdirectora provincial de Organismos Estables, una dirección clave en estos temas dentro del Ministerio de Innovación y Cultura. El tiempo arrojará la respuesta.
Tras dos décadas, “Carmina Burana” volvió a cobrar vida con la Orquesta de Cámara Municipal
Bajo la dirección de su titular, el maestro Fernando Ciraolo, la Orquesta de Cámara Municipal comenzó el 2012 con un reconocimiento sustancial al ser invitada a participar del 8º Festival Internacional de Música en Ushuaia.
Bajo la dirección de Dominique Fanal, titular de la Sinfonietta de París, la orquesta municipal también realizó, durante el año, un justo concierto con la participación como solista del pianista rosarino Carlos Acotto, profesor del Conservatorio Nacional de Limoges (Francia), donde reside desde hace más de 20 años.
Pero, sin duda, uno de los acontecimientos que tuvo a la formación municipal como protagonista fue la realización integral de la famosa cantata profana Carmina Burana, de Carl Orff.
A más de 20 años de su última ejecución en la ciudad, más de doscientos músicos liderados por el maestro Fernando Ciraolo volvieron a dar vida a una de las obras cumbre y más fascinantes del siglo XX.
Los rosarinos acompañaron la interpretación de esta obra con gran emotividad y el teatro volvió a brillar con localidades agotadas.
Para la magnánima velada participaron varias instituciones musicales de la ciudad como el coro Jockey Club de Rosario, el Polifónico de la UNR, el coro de niños de la Escuela Provincial de Música, y el Coro Femenino Voces en Alto; además de la Orquesta Sinfónica del Centenario.
Pero la lista no acabó allí ya que también fueron de la partida las sofisticadas voces de la soprano Jaquelina Livieri –de gran año–, el contratenor Damián Ramírez, y el barítono Ismael Barrile.