El renombrado creador de canciones imperecederas del repertorio popular como «Alfonsina y el mar», «Juana Azurduy» e «Indio toba», fue sepultado pasadas las 11.30 en el Panteón de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic).
El cortejo fúnebre había llegado al cementerio de La Chacarita proveniente del Congreso de la Nación a las 11, y luego de un responso en el que se recordó la «Misa criolla», los deudos se trasladaron hasta el panteón de Sadaic.
Su esposa Inés, sus hijos y nietos y figuras de la música nacional como Eduardo Falú, Teresa Parodi, Atilio Stampone, Néstor Fabián, Zamba Quipildor, Juan Carlos Saravia, Raúl Barboza y José Luis Castiñeira de Dios, se acercaron a la Chacarita para ofrecer un último y definitivo adiós al creador de «Mujeres argentinas» y «Cantata sudamericana».
«Más allá del inconmensurable dolor que sentimos familiares, compañeros y amigos, la cultura nacional ha sufrido un golpe terrible con la muerte de Ariel», afirmó el pianista Atilio Stampone, en un sentido discurso de despedida junto al féretro.
«Ariel Ramírez -aseguró Stampone- llevó el folclore a un nivel insospechado de categoría, y el tiempo va a corroborar que fue uno de los grandes músicos argentinos».
Por su parte, su amigo y compañero de ruta, Eduardo Falú, también despidió al músico con sentidas palabras. «No venimos a despedirte sino a rendirte un homenaje porque aunque se va tu cuerpo nos queda tu espíritu y tu recuerdo, que es una forma de existencia», aseguró el guitarrista.