Una nota oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores estimó que esa acción con opositores al gobierno es «contraria al espíritu de cooperación y entendimiento mostrado por la parte cubana», en las conversaciones de ayer.
Las autoridades consideran a todos los opositores como «mercenarios al servicio de Estados Unidos».
Las rondas sobre migración constituyen el único mecanismo de diálogo bilateral oficial entre ambos países, y fueron restituidas tras iniciarse la presidencia de Barack Obama, en enero de 2009.
La declaración oficial acusó a la delegación estadounidense que participó del encuentro migratorio, de dar así «apoyo a la contrarrevolución y la promoción de la subversión para derrocar a la Revolución».
Agregó que a su llegada a La Habana, el jefe de esa delegación, Craig Kelly, subsecretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental, «fue advertido por el Ministerio de Relaciones Exteriores» sobre la organización de «un evento provocador, ajeno al espíritu de las conversaciones migratorias».