Néstor Kirchner no descansa tras su operación de carótida y ya prepara una nueva embestida contra Carlos Reutemann en Santa Fe.
El axioma político del ex presidente establece como prioridad desgastar al senador en su propio territorio para neutralizar así su proyección a nivel nacional para las elecciones presidenciales de 2011.
Después de la solicitada firmada por 20 de los 24 intendentes peronistas de Santa Fe repudiando la gestión del ex gobernador, ahora Kirchner prepara otro documento firmado por presidentes de comunas en sintonía con el gobierno nacional y respaldando la gestión de Cristina de Kirchner. Todo lo digita Kirchner desde Olivos, donde ya empezó un vía crucis de intendentes santafesinos del PJ que juran fidelidad tanto al presidente del partido como a su esposa.
Pero la euforia litoraleña de Kirchner no es ciega. El diputado es conciente de las dificultades que padece el Frente para la Victoria en Santa Fe y, aunque da por perdida la provincia, su objetivo primordial ahora es profundizar su poder de daño sobre Reutemann aun por encima del socialismo de Hermes Binner. Para eso el kirchnerismo se recuesta sobre las agrupaciones más progresistas, como el Movimiento Evita de Gerardo Rico y Emilio Pérsico. Y cuenta con el diputado Gustavo Marconato como guardián de la estratégica comisión de Presupuesto y Hacienda.
El jefe de la bancada en Diputados, Agustín Rossi, es por ahora una de las principales opciones para insistir con un candidato kirchnerista de paladar negro para la Gobernación, con la sombra omnipresente de Rafael Bielsa y su hermana María Eugenia como espada para la pelear la intendencia de Rosario.
Desde que abandonó la Clínica Los Arcos, en el porteño barrio de Palermo, Kirchner se puso al hombro la política santafesina para aislar a Reutemann, quien hirió al ex presidente al acusarlo, en plena convalecencia, de querer robarse hasta la Plaza de Mayo. Lole acusó el impacto, se desdijo, y aseguró que sus acusaciones iban dirigidas a Hugo Moyano, pero el daño estaba hecho. Tanto que Reutemann volvió a recluirse en su campo y recién dará señales en la sesión preparatoria del Senado, el próximo 24.
El último vestigio de reutemismo se remonta a declaraciones de la ex secretaria privada del piloto, Celia Arena, devenida ahora en diputada nacional gracias a la lapicera del ex gobernador. Arena cometió el error de ningunear a los intendentes de su provincia que suscribieron un documento contra las declaraciones de Reutemann. “No representan ni al 5 por ciento de la provincia, en Santa Fe hay 253 municipios”, había dicho la legisladora.
Esas palabras no sólo aumentaron la brecha entre los jefes comunales y Lole sino que también dispararon la sorna de los exégetas de Olivos: “No saben ni dónde viven.. En Santa Fe no hay 253 municipios…”.
El consuelo para los intendentes depreciados por Reutemann, como José Luis Freyre de Venado Tuerto, llegó de la mano del poderoso ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien les abrió las puertas de su despacho en la Capital Federal para impulsar proyectos de obra pública en sus comunas.
A ese staff se suman Stela Clérice (Cañada de Gómez), Alejandro Ramos (Baigorria), Darío Corsalini (Pérez), José Pedretti (Roldán), Mauro Decándido (Carcarañá), Norberto Trossero (Laguna Paiva), Rubén Cuello (Calchaquí), Camilo Busquets (Ceres), Amado Sorzón (Malabrigo), Mario Formento (Recreo), Carlos de Grandis (Puerto General San Martín), Alejandro Fraga (Fray Luis Beltrán), Omar Príncipe (San Carlos Centro), Oscar Naón (Coronda) y Fernando Suárez (San Genaro).
En la intimidad de Olivos, tras haber sido dado de alta, Kirchner percibió que la reaparición de Reutemann en el escenario nacional no fue casual.
Coincidió con el voto de Julio Cobos a favor de la remoción de Martín Redrado al frente del BCRA, que dejó desprotegido el trono de jefe de la oposición. Para evitar que Lole se reposicione tras el desliz vicepresidencial, el ex presidente mandó a redoblar la ofensiva contra el senador de Santa Fe, quien descartó postularse nuevamente a la Gobernación y avanzó un casillero hacia su consagración como candidato presidencial del PJ rebelde.