El Gobierno derogó el sistema de licencias no automáticas para el 95% de los artículos importados que estaban alcanzados por este sistema, por lo que ya no será necesario para ingresar productos la autorización oficial que estaba en manos del histriónico Guillermo Moreno en su carácter de secretario de Comercio Interior. De esta forma, la medida parece ser parte de la «sintonía fina» que Cristina de Kirchner anunció en noviembre de 2011 en la conferencia anual de la UIA, antes de asumir su segundo mandato.
La resolución 11/2013 publicada este viernes en el Boletín Oficial deja sin efecto 17 resoluciones que habían sido dictadas entre septiembre de 1999 y febrero de 2011, que disponían la obligatoriedad de tramitar certificados de importación -también conocidos como Licencias de Importación No Automáticas- para un listado que abarcaba a unas 600 posiciones arancelarias.
Entre los productos que quedan ahora exceptuados de tramitar las licencias no automáticas se encuentran: papel, artículos para el hogar, juguetes, calzado, motocicletas, cubiertas y cámaras neumáticas de bicicletas, pelotas, productos textiles, partes de calzado, productos metalúrgicos, hilados y tejidos, neumáticos, tornillos y afines, autopartes y afines, y automóviles, entre otros.
Consultado por Ambito.com, el gerente de relaciones institucionales de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Miguel Ponce, sostuvo que «esta medida va en una buena dirección. Tiene que ver con algo que veníamos hablando que a partir de que salió la resolución que implicaba las licencias no automáticas era prácticamente una redundancia. O sea las declaraciones juradas (DEJAI) hicieron innecesarias las licencias no automáticas. Lo que hicieron fue duplicar gestiones, y generar incongruencias ya que había productos que tenían licencias no automáticas no aprobadas y por otro lado las DEJAI paradas o viceversa. Con lo cual era una contradicción».
Justamente, esta era una de las mayores quejas de quienes necesitaban traer productos del exterior. El doble estándar de control que dificultaba el normal desenvolvimiento de las operaciones comerciales y que de daba a Moreno un rol central en la aprobación o rechazo del pedido de importación. Es que las licencias no automáticas son certificados que obligan al importador a cumplir con una serie de requisitos para que pueda ingresar la mercadería al país, algo sobre lo que el secretario de Comercio Exterior ponía una especial dedicación.
Esta situación complicó, no solamente a los importadores si no también a diversos sectores productivos que vieron dificultado su normal desarrollo por la falta de insumos importados o por la imposibilidad de ingresas al país bienes de capital necesarios para mejorar o readecuar su flujo de trabajo. Por eso, fueron numerosos los sectores que, sobre todo en 2012, advirtieron sobre un freno en la actividad por las trabas a los productos importados necesarios para realizar las manufacturas.
Si bien, según la primera estimación de CIRA, con la nueva resolución quedan exceptuados de la obligatoriedad de tramitar los certificados el 95% de los artículos que estaban alcanzados por este sistema, esto no implica una liberalización indiscriminada del comercio exterior, ya que seguirán vigentes las DEJAI, mediante las cuales los importadores se ven obligados a tener aprobada la declaración jurada antes de que la mercadería salga del puerto de origen. Algo que con las licencias no automáticas no ocurría porque en muchos casos el pedido era rechazado con la mercadería en tránsito e inclusive una vez descargada en el puerto de Buenos Aires, lo que generaba costos adicionales a los empresarios.
Al respecto, Ponce consideró que «las DEJAI son el principal instrumento del comercio exterior administrado. El comercio exterior administrado continúa. El Gobierno tiene las herramientas para manejar el comercio de una forma sensata».
En línea con mantener un comercio exterior administrado, el miércoles pasado el Gobierno dispuso elevar a 35% el arancel que pagan unos 100 productos importados, entre los que se destacan las motos, computadoras, café y bijouterie.
Dólares
Con la doble finalidad de hacerse de dólares y de favorecer la sustitución de importaciones de manufacturas, el Gobierno fue ampliando en los últimos años el número de productos alcanzados por las licencias no automáticas en un esquema que obligaba a los importadores a pasar por el filtro de Moreno.
El año pasado, el Ejecutivo necesitaba unos u$s 10 mil millones para hacer frente a los vencimientos de deuda, por lo que mediante las trabas a las importaciones consiguió frenar la sangría de dólares (además del férreo control sobre el mercado de cambios) y hacerse de los billetes para honrar las deudas. Este año, en cambio, el panorama en cuanto a las obligaciones de deuda viene con menos presión ya que se necesitarán unos u$s 5.000 millones para cumplir con los acreedores. Esta situación le permite aflojar parte de las trabas a las importaciones.
Por otra parte, el ingreso de productos importados representa una competencia para los nacionales, por lo que en un contexto de una inflación que ronda el 25% anual, y de la que el Gobierno acusa fundamentalmente a la especulación empresaria, esta flexibilización de las importaciones puede ser parte de la estrategia del Gobierno para «enfriar» en parte los precios.
La resolución 11/2013, sostiene que «cuestiones de oportunidad mérito y conveniencia, en el estadio de cumplimiento de los objetivos oportunamente fijados» en las normas que establecieron la obligatoriedad de tramitar los certificados de importación «tornan procedente su derogación». También aclara que «las actuaciones administrativas en las que, al momento de la entrada en vigencia de la presente medida, tramiten solicitudes vinculadas con las normas derogadas, serán archivadas en razón de haber perdido virtualidad jurídica».
Entre las normas derogadas, figura la 45/2011 dictada en febrero de 2011, que en su momento había ampliado a 600 posiciones arancelarias la obligatoriedad de tramitar el permiso de importación.
Por otra parte, el Gobierno logró con las trabas a las importaciones que la balanza comercial de 2012 registrara un superávit de 12.690 millones de dólares, un 24% por encima de 2011, más allá de que el año pasado bajaron tanto las exportaciones como las importaciones.
En ese sentido, Ponce enfatizó que «si pensamos el 2013 como la posibilidad de obtener el mismo o mejor superávit comercial que el año pasado, esto se puede conseguir restringiendo el intercambio comercial, manteniéndolo estable o aumentándolo. Me parece que hay una apuesta a que este superávit sea obtenido con más importaciones, más producción y más exportaciones».
Entonces, será clave para las empresas locales -y en especial para las pymes- mejorar la competitividad no solamente en precio si no también en calidad y diseño para poder salir al mundo con un producto diferencial.
La reciente misión comercial desarrollada en paralelo con la gira de Cristina de Kirchner por Emiratos Árabes Unidos, Indonesia y Vietnam permitió a sectores como textiles, calzados y anteojos cerrar contratos millonarios en dólares a partir de ofrecer productos premium que no compiten en precio con los subvaluados pares chinos si no que lo hacen desde el diferencial del diseño.
Esta semana, en una entrevista que concedió al matutino Página 12, Moreno, había anticipado que se podrían «relajar» los férreos controles que la Casa Rosada impuso sobre las importaciones.
«En la medida en que los precios internacionales se estabilicen, los empresarios podrán hacer una mejor planificación para buscar competitividad y el Gobierno podrá relajar sus políticas de control a las importaciones», dijo el funcionario, dejando entrever que desde ahora la «sintonía fina» deberá ser aplicada por todos los empresarios para no perder terreno en el comercio exterior.
Al respecto, Ponce consideró que la decisión del Gobierno de derogar las licencias no automáticas constituye una oportunidad. «Tiende a ir normalizando y optimizando nuestra integración más inteligente al mundo. Y tiene que ver con mirar al comercio exterior no como una fotografía y estáticos, sino de forma dinámica como una película, es decir, si en la época de crisis tenía algún tipo de justificación por el sobre stock y la oferta de productos subvaluados en el mundo, ahora se tiende a normalizar, hay que afinar el lápiz en los productos argentinos. El 2013 tiene que ser el año de la mejora de la competitividad de nuestro aparato productivo y me parece que esto ayuda a mejorar esa competitividad», explicó el vocero de CIRA a ámbito.com.