Un avance para muchos, que procuran que sea para todos. En Rosario ya funciona un fibroscan, un dispositivo similar a un ecógrafo, pero que escanea la zona hepática y se utiliza tras el diagnóstico positivo de hepatitis. El aparato suplanta así la común práctica de punción de hígado, que además de ser dolorosa puede presentar riesgos en pacientes. Así lo explicó la coordinadora del Grupo Hepatitis Rosario, Edith Michelotti, quien informó sobre la puesta en funcinamiento del equipo –es el único en toda la provincia y uno de los sólo 5 que hay en el país– y elevó un escrito al ministro de Salud, Miguel Ángel Cappiello, pidiéndole que intervenga para que “se lo reconozca de índole pública y las obras sociales puedan también trabajar con él”.
Comúnmente, ante un caso de hepatitis, se tiene el primer análisis que indica la existencia del virus. El paso siguiente es realizar un estudio para saber si éste se encuentra activo o no. En caso de estarlo, se realiza la punción donde se extrae una microparte del hígado enfermo, para así analizar el grado de deterioro y diagramar el tratamiento. Con el fibroscan, el tercer paso y su práctica invasiva se pueden evitar.
El fibroscan es un dispositivo “de última generación” que tiene un costo cercano a los 60 mil dólares, pero escala a los 150 mil si es para niños, sobre todo obesos o hiperdelgados. Actualmente se encuentra en funcionamiento en una clínica privada de la zona céntrica de la ciudad y el Grupo Hepatitis espera que desde la cartera de Salud santafesina se tome la iniciativa y se instale al menos un equipo en un hospital público.
El que ya funciona es el único en todo el territorio santafesino. En la provincia de Buenos Aires hay cuatro máquinas, cerrando en 5 la cantidad de fibroscan que existen en el país.
Según explicó Michelotti, quien inició una lucha por la erradicación de la enfermedad en base a su propia experiencia, “el estudio es similar a una común ecografía de abdomen”.
“Aquellos que pasaron por una biopsia de hígado saben lo desagradable que es, aun en las manos más expertas. En la parte privada de la medicina ya contamos con el primer aparato. Sólo falta que lo aprueben todas las obras sociales: algunas ya lo han hecho, ya que, además, les resulta menos oneroso que una biopsia. Y para los pacientes se evita el costo humano”, explicó la referente del Grupo Hepatitis.
“Queremos además apoyar a los profesionales que ya han solicitado su incorporación al hospital público, ya que la salud debe ser el derecho de todos”, insistió.
Asimismo, Michelotti remarcó que, además de dolor, la práctica de la punción en hígado genera un riesgo, ya que se registraron casos en los que provocó hemorragia interna.
Ante el escrito presentado por el Grupo Hepatitis Rosario al Ministerio de Salud, Michelotti aseguró que no existen barreras para que las obras sociales no se sumen a la iniciativa. “Ellos van a comprender que les conviene utilizar el servicio por una razón sencilla: ante una biopsia de las convencionales, el paciente debe estar internado un día, a veces hasta cuatro. Se necesita utilizar tomógrafo, y así se suplantaría el costo de los médicos que trabajan con el tomógrafo y del médico que realiza la biopsia. Además no olvidemos que no deja de ser un puntazo en el hígado. En cambio, con el fibroscan, el estudio se realiza en unos 15 minutos y sin invadir al paciente o poner su salud en riesgo”.
