Durante la jornada de sábado, el suizo confirmó lo que se esperaba de él. Hace una semana se había quedado con la prueba de trampolín normal y hoy repitió en la de trampolín largo.
Harry Potter, como es conocido, saltó 138 metros en la segunda ronda, cinco más que el segundo clasificado, que unidos a los 144 de la primera se hicieron inalcanzable para sus rivales.
El que más cerca quedó de él, fue Adama Malysz, medalla de plata, que logró 138,1 metros en la ronda final.
Simon Amman saltó a la fama en Salt Lake City 2002 al ganar las dos medallas de oro en juego en los saltos de esquí individuales. Y ahora, en Vancouver, logró repetir su hazaña al colgarse al cuello su segundo oro en los Juegos.
Con esta conquista, el suizo es el primer saltador en la historia que conquista cuatro medallas de oro individuales (dos en 2002 y estas dos de 2010). Otro que tiene cuatro oros es el finlandés Matti Nykaenen, pero ganó uno de ellos en la competición por equipos.