Un búnker de venta de drogas que funcionaba en barrio Corrientes, ex villa La Lata, fue derribado en la mañana de ayer por orden de la Secretaría de Seguridad Comunitaria. El lugar ya había sido allanado al menos en tres oportunidades y en noviembre pasado lo había tirado abajo personal municipal, pero a los pocos días volvió a ser erigido.
En base a denuncias de vecinas y tareas de investigación de personal de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones, en la mañana de ayer personal municipal, de la Secretaría de Seguridad Comunitaria provincial y policías llegaron hasta pasaje Gomensoro 1456, donde funcionaba un búnker de venta de drogas.
En el lugar, fueron detenidas dos personas, una joven de 21 años y un muchacho de 23, quienes comercializaban droga, indicaron fuentes del caso. “No había mucha droga porque parece que habían vendido mucho durante la noche y no había llegado el proveedor, pero igual se decidió tirarlo abajo y no esperar más tiempo porque había riesgo para los habitantes del barrio”, confió un vocero.
La última vez que el búnker fue derribado fue en noviembre del año pasado, pero a las pocas semanas el lugar volvió a funcionar, por lo que por orden del Ministerio de Seguridad, se inició una nueva investigación, indicaron voceros.
“En las últimas semanas el lugar se había tornado peligroso. En principio, porque se contabilizan en este búnker tres homicidios y luego porque la gente de la zona está cansada y dijo basta”, agregó un vocero. Como prueba de ello, mencionó que durante el pasado fin de semana, hubo tiros en el pasaje y vecinos intentaron incendiar la casilla donde se vendía droga, fuego que fue extinguido por los propios vendedores.
Tres muertos en mismo pasillo
En enero de 2011, Diego Coronel, de 24 años, fue asesinado de dos balazos frente al búnker de drogas que en la mañana de ayer fue derribado por tercera vez. Si bien la familia de la víctima dijo en su momento que el crimen no estuvo relacionado con la venta de droga, su muerte descorrió el velo sobre el lugar que era visitado de día y de noche por gente que llegaba en cualquier vehículo para comprar droga.
El segundo asesinato fue el 24 de septiembre de ese año, y tuvo como víctima a Pedro Lencina, de 28 años, quien fue acribillado de siete disparos en el mismo lugar. En ese momento, fuentes del caso indicaron que dos personas lo sacaron a golpes del búnker que está ubicado al final de un pasillo y lo ejecutaron en la calle. Tras esto, vecinos intentaron incendiar el lugar, que días después fue derribado.
El tercer crimen fue el 12 de abril del año pasado, y tuvo como víctima a Sebastián Franco Rodríguez, de 19 años, quien murió tras recibir cuatro plomos. Como en el primer caso, su familia indicó que el hecho no estuvo vinculado al narcotráfico sino a problemas de familia.
El año pasado, el lugar fue allanado en al menos tres oportunidades, hasta que en noviembre, personal municipal lo tiró abajo, aunque en poco menos de 60 días volvió a funcionar.