Un interno de la cárcel de máxima seguridad de la ciudad de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, estranguló y asesinó a su pareja durante una visita íntima en el penal, en presencia de la hija de la mujer, de un año y medio. El crimen fue descubierto anteayer por la tarde, casi 72 horas después de que la mujer ingresara al sector “unidad familiar” del penal.
El autor del femicidio es Marcelo Schiaffino (38), oriundo de Gualeguaychú, quien cumple una condena de 13 años de prisión por incitación a la prostitución y privación ilegítima de la libertad de una menor de edad.
La víctima fue identificada como Jessica Vanesa Ocampo (23), también domiciliada en esa ciudad del sur entrerriano.
La joven había ingresado en la tarde del sábado a la Unidad Penal 2 General Francisco Ramírez para tener con Schiaffino una visita íntima, la cual debía culminar en la mañana de ayer porque así lo establece el régimen en el que se encontraba el detenido desde noviembre pasado.
“Ayer (por el miércoles), después del almuerzo, Schiaffino llamó a la guardia para informar que había dado muerte a su concubina. Estaba con una menor de un año y medio, hija de ella”, relató el director de Institutos Penales de Entre Ríos, Horacio Pascual, quien aseguró que “las circunstancias están bajo investigación y se llevará a cabo un sumario administrativo”.
El director de las cárceles entrerrianas relató que, “en el almuerzo, él abre la puerta, pide el alimento para los tres y dijo que la señora estaba duchándose y como se escuchaba el agua y la nena estaba caminando en forma normal en el pasillo, no dio la posibilidad de que se pensara en este hecho”.
Los guardias penitenciarios fueron a la “unidad familiar”, una habitación donde los reclusos reciben a su familia y hay además cocina y baños compartidos, y allí encontraron a Ocampo muerta, con claros signos de estrangulamiento.
Ahora se espera que la autopsia ordenada por la Justicia determine si Schiaffino ahorcó a la mujer con sus propias manos o con una sábana.
Pascual explicó que los guardias realizan los controles tres veces al día, durante el almuerzo, la merienda y la cena, pero no detalló cuándo fue la última vez que vieron a la joven con vida.
Al momento de ser asesinada, Ocampo estaba acompañada por su pequeña hija, producto de una relación con otro hombre, quien no sufrió lesiones, aunque se presume que debe haber presenciado el homicidio.
El interno se produjo asimismo tres cortes en el cuello, en un intento de quitarse la vida, pero su estado no revestía gravedad y fue apartado del resto de los presos.
Fuentes del caso explicaron que las horas otorgadas para este tipo de visitas van de 24 a 96, según lo solicite el propio interno, y en este caso Schiaffino había pedido el período mayor, lapso en el que concretó el crimen.
El acusado ya había estado alojado en distintas cárceles del país, ya que por su mala conducta fue trasladado en numerosas ocasiones por problemas de convivencia con los otros reclusos.
El hecho no fue descubierto antes porque estas unidades no cuentan con una custodia determinada o cámaras de seguridad, ya que el propio régimen prevé que sólo pueda ingresar una celadora para entregar medicamentos o comida.
Además, en la mayoría de las celdas se escucha radio a alto volumen, lo que habría impedido escuchar alguna discusión o gritos.
La investigación del crimen quedó a cargo del fiscal Lisandro Beherán, quien dispuso que la niña quede a cargo de un defensor de Pobres y Menores.