Por Luciana Mangó
Como periodista de espectáculos se desempeñó en radio, televisión y hasta pisó las tablas con un monólogo propio en una revista de producción local. Convencido de que existe una farándula rosarina, supo instaurar un estilo propio que, con ironía y desparpajo, lo posicionó en la escena mediática rosarina. “Ser políticamente incorrecto es un personaje, una postura”. Así se definió Juan Junco, quien puede ser visto de lunes a viernes en De 12 a 14 como en Telenoche (por la pantalla de Canal Tres), en una amena y relajada charla con El Ciudadano.
—¿Cómo fue la experiencia de sumarte a “De 12 a 14”?
—Fue y es una experiencia fuerte porque yo tengo 39 años y el programa tiene 30. Pero más fuerte aún me resulta estar sentado al lado de Miguel Tessandori. Además, se armó un equipo muy piola y eso también se transmite, tanto a la gente que está del otro lado como en los famosos números del rating.
—En tu programa “Escenario mercenario” pretendías dar a conocer historias acerca de los “famosos” rosarinos. ¿Considerás que existe una farándula local?
—Creo que existe, como dice Charly Bermejo, una “farándula de cabotaje”, pero farándula al fin. La gente que está en los medios es farándula, y eso sucede desde el momento en que Ariel Bulsicco tiene un local de ropa y la gente que pasa por ahí dice: “Esa es la tienda de Bulsicco”, o cuando Gachy Roldán va al supermercado, y quizás la gente no sabe su nombre, pero dice: “La gorda rubia de la tele”, que ya no está más gorda porque bajó 25 kilos. A lo mejor, si hubiese más “mercenarios” habría más farándula, pero me parece que hay una farándula, local, pero la hay.
—¿Creés que hay gente del medio que se la cree?
—¡Obviamente! Los que trabajamos en el medio, yo por suerte lo superé (risas), necesitamos terapia para controlar el ego, porque si rascas hay óxido, en el fondo de muchos hay un gran fracasado. Existe esa necesidad de ser visto y de que tenga repercusión lo que hiciste, porque sabemos que hay más de uno que si no lo reconocen, se mata. Me parece que somos todos iguales; yo soy un laburante, por mi laburo me toca hoy ser conocido, pero en el barrio también es conocido el verdulero y el verdulero soy yo en su ámbito. Todos somos un poquito creídos y somos un poquito vedetongas.
—¿Por qué no estás en el aire con tu programa propio?
—El programa que tuve, Escenario mercenario, cumplió su ciclo. Estaba previsto que terminara en diciembre de ese año y llegamos hasta marzo. No me quiero quebrar en la charla pero se van a cumplir dos años que terminó (risas). Fue una buena experiencia, sirvió para que después salgan nuevos proyectos con gente joven, como es el caso de Antes de salir, el programa que se emite todas las mañanas, de 7 a 9, por Canal 3.
—¿Cómo ves el fenómeno de “Antes de salir”, que comenzó tímidamente y hoy compite en el rating con “Bien temprano” de Canal 5?
—Creo que está bueno porque son caras nuevas que apuestan a un programa totalmente distinto con una fórmula que es básica: buena onda y un pack de noticias, nada de desarrollo. Entre las 7 y las 9 de la mañana, no querés escuchar un análisis del discurso de Cristina, querés escuchar que Cristina habló y dio un discurso. Me parece que, quizás, Bien temprano se quedó más en el análisis y hoy la tele es como más ágil. Pero me encantaría que Bien temprano siga estando, porque para que haya un Antes de salir que funcione tiene que haber también un Bien temprano y viceversa; está bueno que eso pase para que la gente pueda elegir lo que quiere ver.
—¿Cómo afectó en tu carrera mediática el hecho de ser políticamente incorrecto?
—Creo que me benefició, por eso estoy donde estoy. El año pasado también fue un gran año, también desde lo actoral, y acá viene mi parte de creído, porque trabajé en la revista como actor, lo cual fue una experiencia espectacular. (Manuel) Cansino se animó a hacer lo que en Buenos Aires ya se hacía, pero acá en Rosario nunca nadie se animó, que es poner a la figurita mediática del momento. El año pasado, para esa fecha, era yo y mucha gente iba a ver qué hacía Juan Junco, o mucha gente iba a ver cómo era la cara del que trabajaba en la radio. Además, ser políticamente incorrecto es un personaje, una postura; yo no soy una mala persona pero me parece que si hay un personaje “a” tiene que haber un personaje “b”, dentro del juego y siempre con respeto.
—¿Cómo fue tu experiencia en el teatro?
—Me gustó mucho, pero las cuatro primeras funciones estaba muy nervioso. No estoy acostumbrado a ver gente y en el teatro la tenía a menos de 10 metros. Pero lo volvería a hacer. Es más, voy a ir por el lugar de Tessandori (risas).
—¿Crees que Tessandori te robó protagonismo desde que está en la revista “Noche brillante”?
—¡Sin dudas!, pero no creo que tenga tanto corte de tickets como yo. No hay dudas de que el que cortaba tickets era yo y no el señor Miguel Ángel Tessandori, porque viste que cuando las vedettes están enojadas agregan “el señor” (risas). Hablando en serio, para nada; me parece que Miguel tenía que estar ahí y lo hace muy bien.
—¿Qué lugar creés que ocupás en el medio y en el canal donde trabajás?
—Me parece que ocupo un lugar importante en dos programas importantes como son Telenoche y De 12 a 14, pero tengo dos papeles distintos. En Telenoche soy el periodista de espectáculos que presenta noticias. En cambio, en De 12 a 14, soy el periodista de espectáculos que también se permite opinar, hacer un chiste, crear un personaje.
—¿Sentís que sos el reemplazo de Carlos Bermejo?
—Somos dos cosas totalmente distintas. Charly es glamour y no se animaría a quedar en ridículo, y yo soy más pueblo y no tengo problema en quedar en ridículo, porque creo que cuando le perdés el miedo al ridículo el límite es el cielo, como dijo el filósofo Samuel “Chiche” Gelblung.
—¿Considerás que impusiste un estilo propio?
—Creo que sí (silencio). Te dije eso para que digan: “Qué creído, dijo que sí” (risas).
—¿Cuáles mencionarías como los momentos más importantes de tu carrera?
—¡Hay un montón! ¿Tengo que elegir? Bueno… la llegada al aire en la pantalla del Canal 3 con Telenoche, la incorporación a De 12 a 14, el programa propio, seguir en A diario con (Alberto) Lotuf en Radio 2, donde estoy desde el 2006; tener mi programa propio de radio los sábados a la mañana; la revista con Manuel Cansino…
—Si tuvieras que elegir uno de esos espacios, ¿cuál preferirías?
—Me divertí mucho en Escenario mercenario, fue donde más cómodo me sentí, tanto como me estoy divirtiendo ahora en De 12 a 14.
—¿Cómo fue tu ida de Cablehogar?
—Por mail, me dijeron que ese año no iba a formar parte de la programación y me ofrecieron un programa semanal de media hora que pagaban con internet. Me molestó sobremanera porque yo soy quien soy porque el cable me dio la posibilidad de crecer.
—¿Cómo ves la televisión local en general?
—Es una televisión rara, porque es una tele que pide producción local, pero para eso la tiene que remar como si fuese un programa croata que hay que subtitular. Cuando ponen televisión local te preguntan: “¿Por qué pusieron a estos tres pavos? ¿Por qué no pusieron a Guido Kaczka?”. Pero, al mismo tiempo, estaban llamando al canal pidiendo tele local. Y también es rara porque, si bien en Antes de salir trabajé muy cómodo, muchas veces en los medios si vos no llevas pautas no podés laburar.
—¿Qué opinás sobre la nueva instancia que se abre a partir de la ley de Medios?
—Me parece que está bueno que se generen nuevos espacios, que haya nuevas caras y nuevos productos. Hay algunos programas que hay que mejorar, pero me parece que está bueno. Igual, en Rosario no sé si se aplica del todo la ley de Medios, creo que en ninguna parte del país se aplica del todo. Algún día se verá el resultado, pero hay que ponerse los pantalones largos de una vez por todas.
—¿Podrías nombrar a algún periodista de la ciudad al que consideres creíble?
—Juan Junco, porque es un gordito simpático (risas).
