En los tribunales federales de Comodoro Py, donde suelen tratarse causas políticas, jueces y fiscales sospechan que la nueva corriente en la magistratura, encolumnada en “Justicia legítima”, es una jugada del kirchnerismo para ganar espacios en el Poder Judicial.
Las repercusiones se producen luego de que unos 800 integrantes del Poder Judicial debatieran por dos días en la Biblioteca Nacional por una “democratización” de la Justicia en sintonía con lo pregonado por el gobierno nacional, entre ellos la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, y la defensora general de la Nación Stella Maris Martínez.
En las dos jornadas hubo poca presencia de funcionarios de Comodoro Py: ninguno de los 12 jueces federales de primera instancia estuvo en la Biblioteca y, en cuanto a los fiscales de primera instancia, sólo dos de ellos se presentaron.
Además, hubo un contraste al haber asistido la mayoría de ellos a la apertura del año judicial, en la que el presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, brindó un discurso sobre los temas de agenda de la propia Corte Suprema.
Al ser consultados por la agencia Noticias Argentinas, muchos de los jueces y fiscales de Comodoro Py coincidieron en que los referentes de Justicia legitima tienen vinculación con el oficialismo.
Muchos de ellos también consideran que esta nueva corriente nació en el momento en que el gobierno mantiene un fuerte enfrentamiento con sectores de la Justicia a raíz de fallos adversos en la ley de medios audiovisuales.
Un funcionario de carrera que tiene su despacho en el quinto piso de los tribunales porteños especuló con que la intención de esta nueva corriente no es otra que la de crear otra entidad que agrupe a jueces para competirle a la actual Asociación de Magistrados, compuesta en su mayoría por sectores críticos hacia el Ejecutivo nacional.
“¿Qué va a hacer la Procuración General el día de mañana cuando decida si proseguir o no una causa contra algún funcionario del gobierno?”, cuestiono un fiscal al referirse a la independencia que promueve “Justicia legitima”, y ante las acusaciones de cercanía entre Gils Carbo y el oficialismo.
Un juez de muchos años en tribunales y que pasó por diferentes cargos aseguró que algunos de los que estuvieron en la Biblioteca lo hicieron para dar el presente, pero por sobre todo para que el Ejecutivo tome nota de su asistencia.
“Yo soy juez y se supone que tengo que demostrar un equilibrio al resolver una causa, una imparcialidad, no puedo asistir a un acto político”, justificó su ausencia un magistrado de la Cámara Federal de Casación Penal que, al igual que el resto, pidió a Noticias Argentinas hablar en un estricto off the record.
Por fuera de las críticas, el comentario de la semana en los pasillos de Comodoro Py fue en torno a qué se dijo en la Biblioteca y, sobre todo, quiénes estuvieron: una de las presencias que a todos llamó la atención fue la del fiscal federal Carlos Rívolo, quien investigó al vicepresidente Amado Boudou por el caso de la imprenta Ciccone, y luego fue apartado del caso.
Incluso, la presencia de Rívolo en la Biblioteca sorprendió ya que éste había tenido un duro cruce con la Procuradora Gils Carbó, luego de que la funcionaria le iniciara un sumario administrativo por considerar que el fiscal había cobrado indebidamente un dinero por subrogar temporalmente otra fiscalía.
A muchos les disgustó la rivalidad que desde Justicia legítima se está gestando contra la Corte Suprema de Justicia: en su discurso, Gils Carbó replicó algunas de las palabras dichas por Lorenzetti el día anterior.
Lo cierto es que esta semana hubo un punto de inflexión en Tribunales y, en un año electoral y en pleno conflicto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el Poder Judicial, esto apenas pareció un capítulo de una larga historia.