La presidenta Cristina de Kirchner, acompañada por una importante comitiva de funcionarios y legisladores, arribó Caracas para participar de las exequias del mandatario venezolano, Hugo Chávez, fallecido ayer a los 58 años.
El avión que trasladó a la jefa de Estado arribó al aeropuerto internacional de Maiquetía «Simón Bolívar» cerca de las 5.30 (6.30 de Argentina), y junto a Cristina viajó el presidente uruguayo, José `Pepe´ Mujica, y la primera dama Lucía Topolansky.
«Muy afectada, muy afectada», fue el comentario unánime de quienes estuvieron cerca de la Presidenta en el momento en que se conoció la noticia oficial del fallecimiento del presidente Hugo Chávez. Por más que era esperable en algún momento su deceso, de todas maneras la confirmación «le afectó», confesaron. «Es que no se murió un presidente sino un gran amigo personal», explicaron en el entorno presidencial.»La amistad comenzó con Néstor, pero rápidamente Hugo conquistó a Cristina», recordaron.
Más allá de que los Kirchner compartían numerosos enfoques políticos y económicos con Chávez lo que más los unía era la «pasión» para gobernar, para transformar, explicaron.
La jefa de Estado comenzó por la tarde su jornada recibiendo al alcalde de la ciudad de París, Bertrand Delanoé, y al embajador de Francia en la Argentina, Jean Pierre Asvazadourian. Comentaron que en esos momentos se enteró de la noticia y tomó la decisión de suspender el acto programado para las 19.
Fue la locutora oficial quien ante los numerosos invitados que colmaban el Salón de la Mujeres del Bicentenario informó que «por razones que son de público conocimiento, el acto será suspendido hasta nuevo aviso por el fallecimiento del presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, el compañero Hugo Chávez».
Entre los asistentes ya había corrido la noticia, de todas maneras se hizo un silencio y luego un fuerte aplauso fue la despedida. El diputado Andrés «Cuervo» Larroque abrazado a una colaboradora estalló en un fuerte llanto.
El personal que en más de una ocasión acompañó tanto a Néstor como a Cristina a Venezuela no podían evitar sentir el impacto de la muerte del líder caribeño. Como es lógico comenzaron a fluir los recuerdos compartidos. Desde el vocero presidencial, Alfredo Scocimarro, que rescató el gesto solidario del presidente cuando no dudó en rápidamente enviar combustible a la Argentina, hasta recordar sus salidas con humor o las galanterías que tenía con el personal femenino que lo ungieron en el presidente «más simpático».
La jefa de Estado decidió partir a la madrugada en el Tango 01 junto con el presidente de Uruguay, José Pepe Mujica y su esposa la senadora uruguaya, Lucía Topolansky. Junto a la mandataria viajaron el canciller Héctor Timerman; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el secretario legal y Técnico, Carlos Zannini, los senadores Miguel Angel Pichetto y Aníbal Fernández; el diputado nacional, Andrés Larroque (en representación de La Cámpora), el diputado porteño el legislador Juan Cabandié y el secretario general de la Presidencia, Carlos Zannini, entre otros. La delegación de Argentina que viajó para dar sus respetos es numerosa ya que muchos militantes kirchneristas se sienten muy afectados por la muerte del líder bolivariano.
Es que Chávez y su Revolución Bolivariana es una síntesis del modelo que con las particularidades de cada país, encaró Néstor y ahora lo continúa Cristina, explicaron.
Uno de los funcionarios a quien más le afectó la muerte de Chávez fue al ministro de Planificación, Julio De Vido. Siempre que viajaba era recibido por el presidente, costumbre que continúa el vicepresidente Nicolás Maduro. Es más, el 20 de febrero De Vido estuvo en Venezuela en ocasión de la inauguración del sistema de Televisión Digital Abierta y junto a Maduro hablaron por cadena nacional. En Venezuela saben bien quién es el ministro aunque difícilmente sepan los nombres de otros ministros del gabinete argentino.
A la perdida del «amigo de Argentina» también se sumó la preocupación de qué ocurrirá con la «Revolución Bolivariana» al no estar Chávez. Temen que, a diferencia de lo que ocurre en Argentina donde el peronismo ante un problema se une, en Venezuela consideran que el chavismo está más dividido. Este pensamiento, en principio, sería compartido por varios mandatarios latinoamericanos que decidieron estar presentes desde este miércoles como una señal de apoyo al pueblo venezolano.
Cabe recordar que la jefa de Estado viajó en enero a Cuba y acompañó a las hijas de Chávez ya que fue imposible que lo vea. Chávez fue uno de los pocos que, cuando falleció Néstor, estuvo permanentemente al lado de Cristina e incluso fue el único mandatario que viajó a Río Gallegos acompañando el féretro del ex presidente.
Comentan que uno de los gestos que más emocionó a Cristina fue el cuadro que Chávez pintó de Néstor Kirchner y que le obsequió cuando la jefa de Estado viajó a Venezuela. Vale la pena recordar el diálogo que se dio entre ambos mandatarios para comprender el estrecho vínculo que tenían.
Chávez contó que le confesó a Cristina que pintaba cuadros y que ella le había pedido que le haga un retrato. Continuó detallando que se puso «a buscar fotos» de Néstor Kirchner para poder retratarlo de la mejor manera. Y dirigiéndose a Cristina de Kirchner le dijo: «Mi reina, te lo pinté para ti ¡Viva Néstor!». Cristina agregó que el retrato le hizo acordar a «una foto que está en el Calafate», donde Néstor y Chávez estaban juntos durante la crisis de los rehenes en Colombia.
En esa oportunidad, la jefa de Estado afirmó que «el día que Hugo le dijo al mundo desde Cuba lo que le estaba pasando (en referencia al cáncer que padece) estaba con mi hija (Florencia) en la cama grande y las dos nos pusimos a llorar».
Si bien es habitual, en esta oportunidad, rápidamente la Presidencia dispuso tres días de duelo nacional y que la bandera argentina de los edificios permanezca izada a media asta.
Para el kirchnerismo murió «un gran americano, un amigo de la Argentina, que ha acompañado este proceso que desde el 2003 ha iniciado Néstor Kirchner, un patriota, un hombre de su pueblo», dijo el ministro de Educación, Alberto Sileoni quién estaba en la Rosada para participar del acto donde se ponía en marcha la entrega de 13 millones de libros para las escuelas primarias y secundarias.
A las 20.53 Cristina se retiró de la Casa Rosada rumbo a Olivos para a la madrugada emprender el viaje hacia Venezuela con el objetivo de despedir, no al presidente de Venezuela, sino a su amigo.