La presidenta Cristina Kirchner homenajeó ayer a los ex combatientes de la guerra de Malvinas y tras reiterar el pedido al Reino Unido de dialogar sobre la soberanía de las islas advirtió que “las cosas no van a poder mantenerse así durante mucho tiempo”.
La mandataria formuló este mensaje por cadena nacional desde el Monumento de los Caídos en Malvinas, en la ciudad chubutense de Puerto Madryn, al cumplirse 31 años del desembarco en Puerto Argentino, lo que fue la antesala del conflicto bélico.
“Creo que las cosas no van a poder mantenerse así por mucho tiempo. Es demasiada incongruencia, demasiada inconsistencia”, sostuvo la jefa del Estado en referencia a la negativa del Reino Unido a dialogar con la Argentina.
En este sentido, subrayó que “estuvieron dispuestos a dialogar con una dictadura sangrienta y genocida” y “es inconcebible en el siglo XXI negarse al diálogo”, al tiempo que remarcó que “quedan 16 enclaves coloniales, de los cuales 10 son ingleses”.
Además, la presidenta anunció un convenio con Canadá para poner a navegar en el mar Argentino a un barco científico y afirmó: “Mientras ellos envían naves de guerra, nosotros vamos a poner una nave científica para la ciencia, la tecnología y el conocimiento”.
La mandataria señaló que el Reino Unido era el enemigo durante la guerra, pero que la Argentina “hoy no tiene enemigos”, porque “el único enemigo es la pobreza y la desigualdad”, y “solamente participa en misiones de paz con sus Fuerzas Armadas”.
También sostuvo que cuando alude a Reino Unido lo hace a su gobierno y “no a su pueblo”, mientras acusó a la administración de David Cameron de “utilizar Malvinas para ocultar el desastre económico de hoy en Europa, producto de las políticas de ajuste”.
Por otra parte, la presidenta aseguró que durante su gobierno el reclamo por Malvinas dejó de ser una causa nacional “para convertirse en una causa regional de soberanía y en una causa global de lucha contra el colonialismo”.
La jefa del Estado trazó una comparación entre Río Gallegos, “la ciudad más cercana en línea recta a Malvinas”, con Hiroshima y Nagasaki, ya que en 1982, según contó, se rumoreaba que la capital santacruceña “podría ser bombardeada, para acabar con la guerra”, similar propósito durante la Segunda Guerra Mundial, según señaló.
Además de los tramos políticos del discurso, referidos al diferendo con el Reino Unido, la mandataria homenajeó a los excombatientes, a quienes calificó como “combatientes” porque, según dijo, alguien “que ha combatido sigue siendo un combatiente, más allá de que hoy la paz y la diplomacia sean el único camino”.
Dijo que los ex combatientes durante muchos años fueron “ocultados” y “que jamás volverán a ser olvidados”, porque son “la gloria de la Nación”.