La expulsión de Gabriel Heinze, lejos de ser un problema para Newell’s, fue el empujón que necesitaba para salir a liquidar el partido ante Tigre. Es que ahí afloró todo el carácter y amor propio del equipo. Y con el cabezazo de Santiago Vergini y la jerarquía de Ignacio Scocco se terminó quedando con el triunfo por 3-1 ante el Matador de Victoria en el Parque.
Desde el juego, lo mejorcito de la Lepra ayer se vio en el primer tiempo cuando se impuso en el manejo de los tiempos y sometió a Tigre, que directamente no pateó al arco en esa etapa. El Rojinegro justificó ese dominio con el tanto de Víctor Figueroa, quien pese a la pifia para definir puso el 1-0 tras una brillante cesión de Rinaldo Cruzado. Y hasta pudo ampliar la ventaja con un remate de Ignacio Scocco que dio en el palo.
Con la sensación de tener el partido controlado, Newell’s salió al segundo tiempo con la intención de liquidar la historia. Pero, a contramano de lo previsto, Tigre entró mejor y lo puso en aprietos de arranque. En ese desconcierto, Gabriel Heinze le cometió penal a Mariano Echeverría (que Rubén Botta convirtió) y, como estaba amonestado, vio la segunda amarilla y dejó al equipo con un menos.
La cosa no pintaba bien. Pero entonces Newell’s sacó lo mejor de su espíritu a flote. Y enseguida, Cruzado mandó un centro preciso y Vergini, de cabeza, puso el 2-1.
Si necesitaba otro empujón de ánimo, lo encontró cuando Diego Castaño también vio la roja. Ahí Newell’s recuperó el dominio psicológico. Y puso el ancho de espadas sobre la mesa para cerrar la historia.
Ignacio Scocco recibió la pelota abierto sobre la derecha, enganchó un par de veces y definió por arriba de Javier García con una sutileza notable. Otra obra maestra de Nacho para ratificar un momento extraordinario.
Un tiro libre de Scocco y un remate de Ramiro Leone, que Nahuel Guzmán sacó tras una buena estirada, cerraron el partido. Newell’s se fundió en un abrazo de felicidad para festejar un triunfo que lo mantiene cerca de Lanús, único puntero del certamen.
Una victoria que se justificó con el juego del primer tiempo y el carácter del complemento para reaccionar cuando se lo empataron y estaba con uno menos. Porque en el fútbol no todo pasa por la pelota, la táctica y la estrategia. También hay que tener voluntad, actitud y temperamento para hacerle frente a las complicaciones.