“¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! Mezclaos…”. La denunciante por corrupción Elisa Carrió y su amigo Alfonso Prat Gay, el diputado estrella de la banca Morgan, empresa diseñadora del riesgo país y dedicada a la fuga de capitales. Este personaje se pasea con la diputada Victoria Donda en bikini y los amigos se ofenden por las críticas. Nadie cuestiona las tetas de la diputada, solamente molesta su compañía, una muestra pornográfica de su posición ideológica, por estar junto a lo más rancio de la derecha: la banca Morgan, enemiga acérrima de la Argentina y una de las mayores culpables de la crisis del 2001 en nuestro país y en otros momentos en el resto del mundo. Todo en nombre de la libertad y el consenso. Cómo se puede consensuar cuando las diferencias son privilegiar los intereses de la población entera o los intereses de los capitales financieros.
“¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!…”. López Murphy en plena crisis del 2001 pedía “honrar la deuda”, quería pagar aunque ello implicase la muerte de la gente. Este personaje, este “Chicago boy” que propuso esclavizantes achiques de la economía, invita a una marcha para pedir libertad. ¿De qué libertad habla este hombre? La libertad del capital y se repite la letra del maestro “que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley…”.
El jefe de la Federación Agraria que luchó por la asignación universal por hijo se abraza con los presidentes de la Sociedad Rural y pide libre mercado.
“Igual que en la vidriera irrespetuosa, de los cambalaches, se ha mezclao la vida…”.
El juez –Ricardo Gil Lavedra– del tribunal que juzgó al represor Rafael Videla, el gobernador Antonio Bonfatti y el ex gobernador Hermes Binner comparten el estrado con Manuel Solanet, secretario de gobierno de José Alfredo Martínez Hoz durante la última tiranía cívico militar, en un acto en la ciudad de Rosario.
Enrique Santos Discépolo dice: “No pienses más; sentate a un lao…”
Binner perdió tiempo explicando las aptitudes de su diputada de la bikini que se juntó con Prat Gay, López Murphy, propone votar al “Macri venezolano” Henrique Capriles y ni siquiera oculta su asociación con la Fundación Libertad. En esto se parece al socialismo europeo que junto con la derecha inventaron la puerta giratoria porque cuando gobiernan hacen lo mismo y todos responden al Fondo Monetario y al Banco Mundial y al ajuste y al achique y al consenso…
“Siglo veinte, cambalache problemático y febril…”
En estos días se habla con orgullo de César Milstein –argentino con un premio Nobel– que fue expulsado en “La noche de los bastones largos”. Los mismos periodistas que hicieron este comentario se olvidaron de citar que entre los siniestros que lo expulsaron de Argentina a semejante personaje de la ciencia mundial está Mariano Grondona. Es claro que la Fundación Libertad está tan cerca de Mariano Grondona como distante de César Milstein…
“Lo mismo un burro que un gran profesor”, y el profesor no caben dudas es César Milstein, y el otro comparte la pantalla con Binner o Pino Solanas, a quienes no les da vergüenza parecer amigos de un golpista con historia. Un eterno antidemocrático.
“Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo”, podrían decir Binner o Pino Solanas abrazados con su nuevo amigo, el siniestro eterno.
“El que no llora no mama”, dicen Pino Solanas o Binner, que fue a la marcha pero en Buenos Aires, no se le animó a la de Rosario. Tampoco se animó a investigar la muerte del Pocho Lepratti –promesa de campaña– ni los muertos de la inundación de la ciudad de Santa Fe, tema que lo convirtió en “rosa” y tibio.
El tipo habla de “populismo” con el mismo desprecio por los necesitados que Macri o López Murphy o Mario Vargas Llosa y sería bueno preguntarse qué es populismo. Si populismo es darle una computadora a un pibe pobre, también es populista darle la computadora a los hijos y/o nietos, criaturas que tampoco hicieron nada para merecer una computadora, salvo el hecho de nacer en un hogar con más oportunidades, salvo que al socialismo moderno le moleste la igualdad de oportunidades.
Socialistas y radicales “tinellizan” la bikini como si las tetas fuesen más importante que las ideas y en eso se asemejan a Macri, a quien le importa más la publicidad que las obras.
Es hora de definiciones. Estar con la “Libertad” y todo lo que representa: privatizaciones, achiques, ajustes, dejar el país en las manos de los sucesores de Martínez de Hoz y Adalbert Krieger Vasena, Domingo Cavallo, López Murphy y sus descendientes –Prat Gay o Martín Redrado– o definirse por la supremacía de la política. Los radicales ya tuvieron sus resonantes fracasos bajo la protección de esta gente y la derecha que se apoderó de la mayoría de los gabinetes de Raúl Alfonsín cuando éste abandonó la compañía de Bernardo Grispun y sus propuestas.
“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé…”, pero la cosa es cambiarlo. Hoy es más populista criticar que proponer, es más importante buscar un voto que sembrar solidaridad. La inclusión es un compromiso social frente al individualismo del silencio, debemos incluir a toda la población en un país libre con ideas libres, borrando la palabra libertad (del egoísmo), la que está plagada de invasores que la tomaron de bandera.