El papa Francisco saludó afectuosamente, al término de la audiencia general de los miércoles, a Estela de Carlotto, presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo.
El pontífice se detuvo a saludarla en los vallados, conversó con ella un par de minutos mientras ambos sonreían y se dieron las manos. Al final, el Papa besó a Carlotto en la cabeza.
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo le entregó a Francisco una carta y una carpeta con datos de los nietos buscados y apropiados durante la última dictadura militar.
El encuentro se produjo en el marco de la tradicional audiencia de los miércoles, cuando -de pie y por unos minutos- el Papa saludó a Carlotto, que se encontraba acompañada por otra abuela de Plaza de Mayo, Buscarita Roa, y el legislador porteño, Juan Cabandié, hijo de desaparecidos.
Carlotto había adelantado que le pediría al Papa que interceda ante las autoridades de la iglesia argentina para que «digan lo que saben» sobre los desaparecidos.
«Voy a darle por primera vez la mano a (Jorge) Bergoglio, ahora Francisco, con emoción por supuesto, con el orgullo de que sea un argentino y con la esperanza de que nos ayude», dijo Carlotto.
Tras la elección del papa Francisco, Carlotto había expresado su deseo de que el pontífice recibiera a las Abuelas pronto e hiciera «un gesto» en favor de su búsqueda.