Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff tendrán, entre hoy y el viernes en Buenos Aires, su cumbre más importante desde que son jefas de Estado. En el listado de temas estarán presentes el retiro de la minera Vale, la caída del comercio bilateral, las trabas cruzadas, la situación del acuerdo automotor y la utopía de cumplir con la liberación de ese mercado desde enero de 2014.
Entre Cristina y Dilma hay tanta camaradería y respeto como recelo por cuestiones económicas. Al menos desde Brasilia se cumplió el lunes con un pedido desde Buenos Aires imprescindible para que la cumbre se desarrolle en paz: que oficialmente Embraer comunique que la Argentina no está relacionada con el pago de coimas para la compra de aviones efectuada por Austral. Para el gobierno argentino fue suficiente para dejar de lado el tema.
“Nosotras vamos a discutir todos los asuntos”, afirmó la visitante ayer en Brasilia al ser consultada sobre si el conflicto por Vale estará en la agenda de hoy. “Tendremos una pauta bastante amplia con la Argentina. Nosotros siempre discutimos todas las relaciones, las comerciales, las de inversión, así como toda la interacción entre Brasil, la economía brasileña y la economía argentina”, agregó la jefa del Estado. Vale había anunciado en marzo que suspendía su proyecto de extracción de potasio Río Colorado, en Mendoza, asegurando que se trata de una cuestión vinculada con el aumento de los costos en la Argentina, el retraso cambiario y las presiones sindicales.
Según había dicho la empresa, la decisión fue tomada “teniendo en cuenta que en el contexto macroeconómico actual, los fundamentos económicos del proyecto no están alineados con el compromiso de Vale con la disciplina en relación con el destino del capital y la generación de valor”.
Para el gobierno argentino los motivos que se manejan son otros. Según una fuente oficial, Vale “nunca tuvo disponibles los 6.000 millones de dólares que requería la inversión”, lo que “se confirmó la semana pasada cuando la compañía informó tener una deuda de 15.000 millones de dólares con el fisco brasileño”.
El proyecto, el mayor de la empresa brasileña en el área de fertilizantes, empleaba a 4.000 personas, y hubiese tenido una capacidad de producción anual de 4,3 millones de toneladas de potasio, volumen equivalente a la actual demanda anual brasileña.
También estará en el listado de temas la salida de Petrobras del país. La compañía petrolera estatal del país vecino ya vendió activos en las áreas de energía eléctrica y refinación; y estarían terminando de cerrar un programa de retiro de la explotación de estaciones de servicios. Las dos presidentas también discutirán las trabas cruzadas que se aplican entre ambos estados para el comercio bilateral.
La Argentina acusa a su principal socio económico de no abrir el mercado para exportaciones de alto valor agregado vía medidas para arancelarias proteccionistas. Desde Brasilia se asegura que esto es un mito y que las únicas trabas reales son las que aplica indiscriminadamente el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El intercambio bilateral sumó el año pasado 34.400 millones de dólares, una caída del 13 por ciento frente a 2011, pero representa un salto importante frente a los 7.100 millones de dólares registrados en 2002. Entre 2010 y 2012, las inversiones directas de Brasil en la Argentina aumentaron en un 16,6 por ciento, mientras que las inversiones de la Argentina en Brasil totalizaron el año pasado 262 millones de dólares, lo que supone un monto casi tres veces más elevado que el registrado en el año anterior. Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff hablarán además del futuro del acuerdo automotor.
Ambos gobiernos saben que es imposible liberar ese mercado y de lo que se habla únicamente es de si se extenderá la situación actual por dos años o sí se negociarán nuevas condiciones.
La cumbre estaba inicialmente prevista para realizarse el 7 de marzo pasado, en El Calafate, pero fue aplazada en razón de la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Para darle más contenido al acuerdo, los dos Estados firmarán acuerdos mixtos en áreas como ciencia, tecnología, innovación y sostenibilidad, incluyendo iniciativas en energía nuclear, defensa, empresas hidroeléctricas, construcción de satélites, industria naval y educación. Además, hablarán de la marcha de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) y la situación de Paraguay como socio del Mercosur. La Argentina y Brasil quieren que ese país vuelva al bloque, pero sólo luego de haber reconocido el Senado paraguayo a Venezuela como socio pleno.