Un testigo de identidad reservada de la causa por el crimen de la niña Candela Rodríguez, asesinada en 2011 en la localidad bonaerense de Hurlingham, murió hoy luego de haber sufrido gravísimas heridas y quemaduras al registrarse una explosión e incendio en su casa de la localidad de Moreno, en la provincia de Buenos Aires.
Fuentes policiales dijeron a Télam que los peritos que trabajaron en la vivienda manejan como principal hipótesis que el siniestro ocurrió por una fuga de gas de una garrafa en combinación con un cargador universal de celulares, aunque no descarta otras causas.
Por su parte, Carola Labrador, madre de Candela, dijo que no sabe qué podría pasarle a ella si aún viviera en Hurlingham, ya que casi todos los delincuentes que participaron del crimen de su hija están libres.
Según las fuentes, la explosión ocurrió esta madrugada, en una casa situada en Virgen de Luján y Santos Dumont, de Moreno, en el oeste del conurbano, donde el principal testigo del caso, Roberto Aníbal (40), que trabajaba como carnicero, se encontraba solo.
Este hombre tenía custodia de la Policía bonaerense porque gracias a su testimonio se detuvo a los principales sospechosos del crimen de la niña y poco antes de la explosión los efectivos que estaban a cargo de su cuidado habían pasado por la vivienda para ver cómo se encontraba.
Algunos vecinos de la zona dijeron a la prensa que entre anoche y esta madrugada los policías no se encontraban en el lugar asignado y que creían que el hombre pudo ser víctima de un «atentado».
Sin embargo, fuentes judiciales informaron a Télam que el fiscal de Moreno a cargo de la causa, Federico Luppi, constató luego por medio de testimonios de otros vecinos que los efectivos sí se hallaban en su puesto de vigilancia y que fueron los primeros en intervenir.
En ese sentido, un jefe policial explicó a Télam que la patrulla con los custodios solía quedarse a 100 o 150 metros de la casa del testigo, no en la puerta, y que ayer, tras pasar por la vivienda cerca de las 23, se ubicaron a una cuadra y media.
De acuerdo a los investigadores, la explosión ocurrió cerca de las 3, tras lo cual el testigo salió envuelto en llamas de la vivienda y que las únicas palabras que alcanzó a decir fueron «agua», «auxilio» y «no me dejen morir».
Tras ser rescatada, la víctima fue trasladada en gravísimo estado al Hospital Luciano de la Vega de Moreno, donde los médicos constataron que presentaba quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, dijeron los informantes.
Las mismas fuentes señalaron que el paciente murió esta tarde antes de que pudieran derivarlo al Hospital del Quemado de la Capital Federal.
En tanto, los peritajes ordenados por el fiscal Luppi «no detectaron rastros de pólvora o de cualquier otro tipo de explosivo en el lugar», dijo un vocero de la pesquisa.
No obstante, el fiscal ordenó que mañana se le realice la autopsia al cuerpo en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora.
«Ayer estuve con él (por el testigo) en el programa de Mauro (Viale) y yo le decía que hay que manejarse con cautela porque tenemos a todos los delincuentes sueltos», recordó la madre de Candela en radio La Red y dijo que ya le habían tiroteado la casa.
«Este muchacho todavía vive -dijo horas antes de que muriera- en la zona donde pasó todo, yo me mudé, no sé qué pasaría si viviera ahí cerca con todos estos delincuentes que están libres», afirmó al referirse a los acusados en la causa por el crimen de su hija, en la cual hay sólo dos detenidos, ya que el resto fue liberado.
En tanto, el abogado Alberto Domínguez, defensor del albañil Alberto Espínola, uno de los acusados del Caso Candela, dijo que hay dos hipótesis por la explosión: «Una de ellas es un accidente doméstico y la otra una venganza».
«Para mí es una venganza porque hoy por hoy esta persona quiso y quiere hablar, pero la fiscalía no lo atiende porque el fiscal del caso tenía que haber procesado por encubrimiento a toda la gente que estaban involucrada en la denuncia», explicó.
Candela (11) fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011, cuando esperaba a unas amigas para ir a la reunión del grupo de boy scouts al que pertenecía, y el 31 de agosto apareció asfixiada dentro de una bolsa, a 30 cuadras de su casa.
Por el caso fueron detenidos Espínola (31), Hugo Bermúdez (53), Leonardo Jara (34), Héctor «Topo» Moreyra (44), Guillermo López (31), Fabián Gómez (42), Néstor Altamirano (55) y Gladys Cabrera (42).
En abril de 2012, la sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón decretó la nulidad parcial del proceso, ordenó liberar a todos los detenidos y apartó al juez Alfredo Meade y al fiscal Marcelo Tavolaro, a cargo de la causa.
El 13 de septiembre la comisión especial de senadores bonaerenses que analizó la investigación del crimen recomendó que se exonere a varios jefes policiales, entre ellos al jefe de la Policía, Hugo Matzkin, y pidió que se someta a jury a los funcionarios judiciales que intervinieron en la causa.
En la actualidad, la pesquisa está a cargo del fiscal de Morón Mario Ferrario, quien el 14 de noviembre ordenó que se detenga nuevamente a los imputados Jara y Bermúdez.
