La justicia federal de Rosario revocó la prisión domiciliaria de un militar procesado en una causa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, que además fue denunciado el año pasado por un presunto caso de abuso sexual de una menor, ocurrido en una chacra de la provincia de Buenos Aires donde cumplía la detención, informaron hoy fuentes del caso.
Se trata del coronel retirado José Javier de la Torre, procesado en la causa «Díaz Bessone, Ramón Genaro y otro» por homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y sustracción de una menor que luego fue la nieta recuperada número 103 por Abuelas de Plaza de Mayo, precisó a Télam Álvaro Baella, abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
El letrado contó que el titular de juzgado federal 4 de Rosario, Marcelo Martín Bailaque, revocó esta semana la prisión domiciliaria de De la Torre, que el mismo magistrado había otorgado el año pasado a partir de certificados médicos presentados por la defensa del imputado, sin exámenes oficiales.
Según explicó Baella, De la Torre obtuvo la prisión domiciliaria en agosto del año pasado -aún con 69 años de edad- en una residencia de cuatro hectáreas denominada «La Chacra», ubicada en la «Capilla del Señor zona rural, camino de tierra a Los Cardales, a 300 metros de la ruta provincial 39» de la provincia de Buenos Aires.
En ese lugar donde cumplía la prisión domiciliaria, el represor protagonizó un caso de presunto abuso sexual de una niña de 9 años que es investigado por la justicia bonaerense de Campana, señalaron fuentes del caso.
El hecho se hizo público el 2 de diciembre pasado a través de una nota del diario Página/12, en la que el periodista Horacio Verbitsky describió que el lugar de residencia de De la Torre «es un predio con una casa grande, cuatro dormis para alquilar, canchas de tenis y paddle, pileta de natación, juegos para niños, parrilla y quincho».
De acuerdo a la denuncia, cuatro matrimonios del partido bonaerense de Almirante Brown alquilaron las instalaciones para pasar el fin de semana del 6 al 8 de octubre del año pasado, con cinco niños.
El último día uno de los adultos, Daniel Almada, fue al sector de juegos a ver qué hacían los chicos y se encontró con que «la nena estaba frente a la ventana y De la Torre tenía extendidas las manos través de la ventana y le estaba tocando los pechos», según el artículo de Página/12.
El padre de la menor, Luis Alberto Acosta, increpó a De la Torre por lo ocurrido y le dijo que lo iba a llevar al a comisaría, a lo que el represor replicó: «Yo soy un preso político. Tengo arresto domiciliario, de acá no me podés sacar, flaco».
Ante la insistencia de Acosta, el militar retirado repuso, según la denuncia policial: «Estás equivocado flaco, no me podés sacar de acá, yo maté mucha gente para que ustedes ahora gocen de la libertad que tienen».
De la Torre está procesado por 27 casos de secuestros, tormentos y homicidios de militantes rosarinos del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) durante la última dictadura, y por la sustracción de la hija del matrimonio desaparecido compuesto por Ricardo Klotzman y Cecilia Barral, recordó Baella.
En la solicitud de revocatoria del beneficio de la prisión domiciliaria, los abogados de la Secretaría de Derechos Humanos señalaron que «en el caso de marras se desvirtúa totalmente el espíritu de esta medida excepcional, ya que el procesado transita libremente por la totalidad del predio de cuatro hectáreas con las instalaciones que antes mencionáramos».
«El accionar desplegado por el imputado da cuenta de un estado de salud que le posibilita la comisión de delitos contra la integridad sexual, de ejercer el comercio, ya que administra la totalidad del predio que a su vez es subalquilado de forma temporaria para el uso turístico de familias, y de administrar sus bienes», añade el escrito que también acompañó la fiscal federal de Rosario Mabel Colalongo.
Esta semana el juez Bailaque decidió revocar la prisión domiciliaria de De la Torre y dispuso que fuera alojado en instalaciones del Servicio Penitenciario Federal de la Ciudad de Buenos Aires dotadas de servicios sanitarios que permitan atender su afección de salud, dijeron fuentes judiciales.
Según explicó Baella a esta agencia, una de las médicas del cuerpo forense de la Corte Suprema de Justicia que realizó la pericia oficial ordenada por el juez Bailaque para determinar el estado de salud del represor, sostuvo en su informe que «hay claros signos de enmascaramiento y simulación» por parte del imputado.