Un joven de 20 años deberá purgar una pena de 12 años de prisión por el asesinato de Marcelo Abramor, ocurrido en septiembre de 2011 en barrio Las Flores. Robin –como se conoce al imputado– había mantenido unos días antes una discusión con la víctima que terminó a las trompadas. Según algunas versiones, en esa pelea salió derrotado y ello generó el enojo del acusado que el día del hecho decidió dirimir la rivalidad que mantenía con la víctima a los tiros. Luego del crimen, Robin fue sindicado por varios vecinos de la zona y por un amigo de Abramor –que resultó herido en el hecho– como el homicida por lo que fue detenido y sometido a un proceso penal que finalizó con un fallo condenatorio. El juez de Sentencia de la 5ª Nominación, Gustavo Salvador, descartó la versión del imputado, donde sostenía que el fallecido estaba armado e intentó atacarlo y lo condenó, en carácter de autor, por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, portación de arma y tenencia de arma de uso civil.
La tarde del 1º de septiembre de 2011 Marcelo Ricardo Abramor, de 18 años, circulaba en una motocicleta Vectra 110 centímetros cúbicos junto al adolescente Lucas R. Al llegar a la intersección de Guaria Morada y Violeta, en barrio Las Flores, se toparon con Robin, que se encontraba con su novia.
Según las constancias de la causa el agresor le pegó una patada a la moto que se desestabilizó e hizo que sus ocupantes se bajaran. Abramor comenzó a correr y Robin lo siguió. En esas circunstancias se produjo un forcejeo entre ambos donde Roberto Alejandro Silveros –también conocido con el apellido de Murua o el nombre de Claudio Roberto Silveros Murua– efectuó varios disparos con un arma de fuego calibre 22 largo.
Uno de esos proyectiles ingresó en la región intercostal de la víctima, le perforó un pulmón y le provocó una hemorragia masiva de tórax que lo llevó a la muerte.
Tras esto, el atacante regresó sobre sus pasos y baleó al otro joven que iba con Abramor, hiriéndolo en un brazo.
De la instrucción surgieron dos versiones: la del acusado y la del amigo de Abramor herido en el hecho.
En su indagatoria Robin sostuvo que Abramor sacó un arma de entre sus ropas e intentó dispararle, por lo que se trenzaron en lucha y el arma, que siempre estuvo en poder de la víctima, se disparó.
Mientras que Lucas R., sostuvo que el acusado intentó abordarlos con el fin de sustraerles la moto por lo que intentaron escapar pero el vehículo se detuvo. Entonces su amigo salió corriendo y fue perseguido por el acusado con quien se trabó en lucha y en ese momento se produjo el disparo. Luego, el acusado regresó y disparó contra él (Lucas), hiriéndolo en un brazo.
Según el fallo, esta última versión se corresponde con el testimonio de la novia del acusado, que si bien no admite que su pareja estaba armada, refiere que Robin se peleó con dos personas y que luego escuchó un disparo, a lo que se suma el informe de autopsia, la reconstrucción integral del hecho –que considera poco probable que el arma haya estado en poder de la víctima–, y otros testimonios reunidos en la causa.
Respecto a la versión del acusado, el fallo sostiene que no existe ningún elemento probatorio que avale los dichos del imputado.
Con estos elementos el juez Gustavo Salvador resolvió condenar a “Roberto Alejandro Silveros y/o Roberto Murua o Claudio Roberto Silveros Murua a la pena de 12 años de prisión por el homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego de Marcelo Abramor, portación de arma de fuego –utilizada en el hecho– y tenencia de arma de uso civil”, ya que en el allanamiento realizado en la precaria vivienda donde se lo apresó, ubicada en Platón al 1300 de barrio Las Flores, se encontró un revólver calibre 32 debajo de una almohada.
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