Central tiró la casa por la ventana. Con el ascenso confirmado ante Gimnasia de Jujuy, a la dirigencia canalla le vino bárbaro el cotejo ante Aldosivi para armar una verdadera fiesta para sus hinchas.
Familias enteras dijeron presentes. Nadie con el ADN canalla quiso faltar a la cita obligada. Tras tres años a puro sufrimiento, un día pudieron festejar. Muy atrás quedó la frustración del primer año en la B Nacional, en donde todos pecaron de inexpertos y la famosa “autopista a la A” quedó sin construir. También el fracaso que significó la segunda temporada cuando el ascenso estaba al alcance de las manos y por esas cosas del fútbol se les escurrió entre los dedos.
Pero este equipo trabajado de Miguel Ángel Russo supo encontrarle la vuelta a la categoría y consiguió, cuatro fechas antes, el esperado retorno a Primera División.
La fiesta se inició treinta minutos antes del comienzo del partido. Con el estadio totalmente a oscuras, a las 20 aterrizó un helicóptero y de él bajaron Juan Carlos Baglietto y Mario Pájaro Gómez, dos de los tantos hinchas famosos del Canalla. Juntos cantaron la marcha de Central e hicieron temblar de emoción al Gigante. Y fue tanto el fervor que le pusieron a cada estrofa que repitieron el himno auriazul bajo un coro de más de 40 mil almas. Luego bajó el tradicional “la Acadé, la Acadé…”.
Después fue el tiempo de la formación del equipo y allí la mayoría de los aplausos se los llevó Javier Toledo, quien con sus tres goles ante los jujeños revirtió la bronca acumulada de todos los simpatizantes durante temporadas anteriores.
A la hora de la salida del equipo, una lluvia de papelitos inundó el estadio y fue acompañado por una batería interminable de fuegos artificiales que salieron desde el club Regatas, detrás de la popular local, algo que se repitió promediando el complemento y que obligó al juez Rapallini a frenar en dos ocasiones el juego.
Ayer fue tiempo de festejar. De alegría, de sonrisas. De saber que Central volverá a codearse con los grandes. El hincha disfrutó cada minuto de la previa. El partido ante el Tiburón solamente sirvió para las estadísticas. La única cuestión era gozar durante varias horas el regreso a Primera División. Este retorno que fue duro y demasiado extenso para una institución tan grande como Central.