El juicio que se sigue contra Regina, una joven travesti acusada de matar en julio de 2010 en una vivienda de la localidad de Granadero Baigorria a Osvaldo Hugo Colman –con quien mantenía relación libre–, entró en su etapa final luego de que ayer las partes presentaran sus alegatos finales. Tanto la Fiscalía como la querella coincidieron en el pedido de la pena máxima que estipula la ley para el delito de “homicidio calificado por ensañamiento”, es decir, prisión perpetua; mientras que la defensa requirió la absolución de su cliente o, en su defecto, la pena mínima para el “homicidio simple”. El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, cuando el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Julio César García en la presidencia, Mónica Lamperti y Carlos Curto, dará a conocer el veredicto.
El debate comenzó pasadas las 9.30 de ayer. Como en todas las audiencias entre el público se observó la presencia de familiares de la víctima y también de la madre de la acusada.
El juicio, que comenzó hace una semana y concluirá mañana con el veredicto final, apunta a determinar la responsabilidad de Regina –cuyo verdadero nombre es Carlos Gastón A.– en la muerte de Hugo Osvaldo Colman, de 54 años, hallado sin vida en su casa de la localidad de Granadero Baigorria el 27 de julio de 2010. La víctima estaba en el patio y presentaba cerca de 40 puñaladas. El día anterior, su automóvil, un Peugeot 405 que era conducido rumbo a Buenos Aires por Regina, infringió una orden de detención de la Policía Federal y generó un incidente que terminó con un tiroteo y la posterior detención de la conductora, quien recibió un disparo en la pierna. Por este hecho, Regina enfrentó una causa penal en la provincia vecina, donde fue condenada a dos años de prisión por resistencia calificada.
En ese contexto, los investigadores del crimen de Colman determinaron que Regina mantenía una relación con la víctima y que el fin de semana previo al hallazgo del cadáver, la acusada había estado en la casa de Colman. Incluso al momento de su detención tenía en su poder el celular de la víctima desde el cual realizó llamadas telefónicas a su familia.
La travesti llegó a juicio oral luego de que el Juzgado de Instrucción de la 14ª Nominación, a cargo de María Laura Sabater, dictara el procesamiento de Regina al considerarla probable autora del crimen
Ayer, Regina decidió hacer uso de la palabra y dijo que el 25 y 26 de julio de 2010 –fecha probable del homicidio– no mantuvo relaciones con Hugo Colman y que al momento de declarar, que fue el 31 de julio, hacía una semana que no lo veía. Además agregó que en la comisaría 30ª –donde prestaba servicio el policía que afirmó que Regina le confesó el crimen– estuvo 4 o 5 días, donde fue muy maltratada.
Pedido de perpetua
Tanto la fiscal Nora Marull, como la querella, en cabeza de Martín Ricardi y Franco Fosco, coincidieron en sus argumentos y el pedido de pena. Ambos refirieron que la acusada actuó con saña, en forma despiadada y cruel e hicieron una descripción del crimen donde la víctima falleció por estrangulamiento luego de ser apuñalada en 45 oportunidades para luego limpiar el lugar y hurtar el automóvil, documentación y el celular del hombre.
En base a los informes forenses y el testimonio de los médicos que realizaron el levantamiento del cadáver y autopsia sostuvieron que la fecha y hora estimativa de la muerte fue 48 horas antes del hallazgo del cuerpo, que se realizó el 27 de julio de 2010 a las 20 horas aproximadamente.
Las partes hablaron de la personalidad cruel, macabra y agresiva de Regina. La fiscal sostuvo que el odio y el resentimiento la llevaron a realizar este acto de crueldad, donde según algunos testimonios Regina mató a Colman porque la denigró, la ninguneó, mientras que la querella afirmó que el fallecido y la acusada se encontraban intimando en la casa del primero y experimentaban un juego sexual lo que derivó en una discusión donde Regina se sintió denigrada, entonces fue a la cocina, tomó un cuchillo y lo apuñaló. Además, detallaron el tiempo que la acusada le dedicó a la mutilación del brazo del hombre, a la limpieza de la casa y sostuvieron que la prueba de luminol demostró que Colman fue arrastrado desde el baño hasta el patio.
También se refirieron a tres testimonios directos de personas a quienes la acusada les confesó el hecho, dos de ellos policías y una perito psicóloga. La querella solicitó un fallo con sentido de Justicia y sostuvo que el hecho se encuentra probado con la confesión de la acusada a varias personas. “Fue tan clara y precisa la confesión que solo ella pudo estar en el lugar”, sostuvieron.
Tanto la Fiscalía como la querella requirieron la prisión perpetua de Regina por el homicidio calificado por alevosía de Colman y el hurto del vehículo y el celular.
La defensa
A su turno la defensa de Regina, a cargo de Fernando Sirio y Lucas Antares, desechó el ensañamiento en el crimen y sostuvo que el número de puñaladas no determina esta calificación. Según su teoría del caso, quienquiera que haya sido el agresor, se encontraba con la víctima en el cuarto y recién ahí tomó la determinación con los elementos que tuvo a mano, a lo que agregó que la disección del brazo fue post mortem. Respeto a su clienta, sostuvieron que entre ella y la víctima había confianza, que Colman le prestaba el auto los fines de semana y la presencia del celular del hombre en el vehículo probablemente se debió a un olvido.
A su vez, sostuvieron que la víctima la noche del 23 de julio de 2010 estaba “descabezada” y que debieron llevarla a su casa porque no podía conducir. Que no se probó la autoría del hecho y señalaron otra hipótesis relacionada a un vínculo amoroso que el hombre mantenía con la mujer de un policía.
Los defensores cuestionaron la fecha de la muerte en base a la carátula de la autopsia y la partida de defunción de Colman, donde figura que la víctima falleció el 27 de julio de 2010, defendieron la exposición del perito de parte que confirmó esta teoría, y agregaron que la fiscalía y la querella realizaron conjeturas, “realmente una novela”, y que a la certeza se llega con pruebas objetivas.
Luego rechazaron el testimonio de los dos policías que sostuvieron la confesión del crimen por parte de la acusada al entender que vulneraron sus derechos al hacerla confesar sin las debidas garantías.
Así, la defensa requirió la absolución de su defendida y subsidiariamente la aplicación de la pena menor que la ley fija para el homicidio tomando en cuenta los atenuantes e informes penitenciarios.