El Suzuki es un método de educación musical, basado en los principios generales del aprendizaje de la lengua materna. Su creador, el violinista japonés Shinichi Suzuki, partió de la idea de que si todos los chicos pueden aprender a hablar su lengua nativa también pueden aprender a tocar un instrumento si se les enseña con el método adecuado. Propuso así un método destinado a la iniciación temprana de los niños en la música, con la convicción de que el talento no es innato sino que se educa. Silvia Castaños, profesora del Método Suzuki de guitarra en la Escuela Municipal de Música J.B.Massa, ubicada en bulevar Oroño 1540, explicó a El Ciudadano que Suzuki decía que para que el hombre aprenda cualquier cosa, lo que sea, hay que ir desde el principio muy despacio, hasta que el retoño de la aptitud prenda. Y hay dos cosas fundamentales que necesita una semilla: el tiempo y el estímulo.
—¿Cuánto hace que enseña con éste método?
—Empecé en la escuela en 1999 a coordinar el área Suzuki con un grupo de 12 chicos. Los vi crecer y tocar maravillosamente, hicimos muchas experiencias de intercambio con otros lugares, y dentro de Argentina viajan y vienen profesores con sus alumnos de otras provincias a tocar a Rosario. Fue la primera experiencia que se hizo en la ciudad, fue creciendo y la empezaron a trabajar otras instituciones y en la actualidad terminamos siendo 12 docentes en la escuela.
—¿Los chicos aprenden a través de los sentidos con este técnica?
— La conclusión a la que llega Suzuki, es que no se puede decir que un chico no tiene oído, a excepción de que nazca con algún problema específico. El chico aprende a reproducir los matices más ínfimos del lenguaje que a veces varía de un barrio a otro, o de una ciudad, la cuestión es cómo aprendieron. En el aprendizaje de la lengua tiene que estar el secreto de cómo enseñarles música. Si aprendieron a hablar, tienen que poder aprender música y desde muy chiquitos.
—¿Qué hacen en la primera clase?
—Empezamos con una clase de postura, una serie de juegos para que aprendan a sentarse, le damos importancia a la postura del cuerpo. Aprenden los primeros toques y con eso, las primeras canciones. Habitualmente se trabaja una clase individual y una grupal, ya que los estimula, los ayuda a afianzar lo que aprenden en la individual. Los chicos que son más grandes hacen obras de cámara, cada uno toca algo distinto y suenan todos juntos.
—¿Cómo funciona entre los chicos?
—En la observación los chicos aprenden a armar éste método a través del oído, escuchando, imitando, absorbiendo lo que hay alrededor. Empiezan con la lectoescritura y una vez que ya tienen afianzado el vocabulario fluido, llega el análisis de la gramática y de la lengua. Tienen que rodearse de música, del material que tienen que estudiar, imitando al docente. Tienen que aprender a tener una buena postura, un manejo fluido del cuerpo con el instrumento, un buen sentido rítmico, un buen sonido, y más adelante se empieza con el análisis.
—¿Cuál es la diferencia con los métodos tradicionales?
— El primero es la participación de los padres, luego el aprendizaje a través de los sentidos en la primera etapa, el repaso permanente, el trabajo en grupo, esas son las características principales. Los métodos tradicionales aceptan a los chicos en la música a partir de un desarrollo intelectual, que les permite decodificar signos, cuando ya saben leer y escribir en su lengua, a través de la lectura musical, entonces los chicos ya pueden hacer esa decodificación.
—¿Los padres aprenden junto a sus hijos?
—Empezar con chicos tan chiquitos implica una participación importante de los padres. Ellos aprenden las primeras lecciones porque le van a tener que enseñar a sus hijos y van a tener que ser los asistentes del docente en su casa. Los padres dirigen en la casa y organizan todas las prácticas, es muy importante que estén presentes. Se arma un triángulo: padre, alumno y docente.
—¿Cuál es el objetivo del método?
—Como docentes no nos proponemos que los chicos sean grandes músicos, sino que puedan tener una experiencia con la música, que sea agradable para ellos, que respeten su naturaleza y en ese camino van aprendiendo una serie de cosas, de sensibilidades, amplían su oído y su memoria, aprenden a afrontar problemas difíciles y resolverlos, a sostener en el tiempo un trabajo, y creo que son cuestiones que fortalecen la autoestima que es una herramienta muy importante.