El papa Francisco recibió ayer en audiencia privada al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con quien analizó cuestiones vinculadas a la “situación social y política” de Venezuela, después de la reciente muerte de Hugo Chávez.
El pontífice argentino y Maduro abordaron durante el encuentro, que duró 20 minutos y se desarrolló en un “clima de cordialidad”, algunos de los problemas de Venezuela, como “la pobreza, la lucha contra la criminalidad y el narcotráfico”, indicó el reporte.
El encuentro había sido esperado con gran expectativa por las partes y apuntó a contribuir a una mejora de la relación, que tuvo roces principalmente durante los años de la presidencia de Chávez, de quien la jerarquía eclesiástica de Venezuela se manifestó crítica en numerosas ocasiones.
Maduro estuvo acompañado por su esposa, Cilia Flores, y una delegación que incluyó, entre otros, al canciller Elías Jaua y a los ministros de Planificación, Jorge Giordani, y de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, entre otros funcionarios, reportó la agencia de noticias Ansa.
Durante la conversación, Francisco hizo referencia a la presencia histórica de la Iglesia católica en el país y a “su decisivo aporte en los ámbitos de la caridad, de la asistencia sanitaria y de la educación”, añadió el parte vaticano, recogido también por la agencia
EFE.
En otro orden, Francisco y Maduro repasaron la situación general de Latinoamérica y hablaron del proceso de paz que se está llevando a cabo en Colombia. Durante el tradicional intercambio de regalos, el visitante obsequió al papa un ejemplar de la Constitución venezolana, un retrato de Simón Bolívar, un cuadro de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, y la escultura de José Gregorio Hernández (1864-1919), en proceso de canonización.
Tras su encuentro con Francisco, Maduro se reunió con su homólogo de Italia, Giorgio Napolitano, como parte de la visita oficial que inició el domingo pasado en Roma.