Por Miguel Passarini
“Detrás del follaje oscuro, el cielo se despliega hasta el horizonte donde el planeta esquiva la curiosidad de su mirada”. La frase encierra, en parte, el onírico universo de Olga, elogiado unipersonal de la bailarina y coreógrafa local Paula Manaker que, tras una exitosa gira por Colombia y Ecuador, se repuso en la sala El Rayo (Salta 2191), donde se presenta los sábados a las 22.
“Olga es un espectáculo de danza, música y dibujos animados; en ese territorio, somos tres artistas que estamos compartiendo la escena y la idea: Carlos Mazinger en la música, Ange Potier en los dibujos y animaciones, y Marcelo Díaz que se sumó un poco más tarde al proyecto en colaboración con la dirección y la puesta en escena”, adelantó Paula Manaker (ver aparte), quien ahondó en su trabajo: “Es una obra inspirada en una historieta que en algún momento me compartió Ange Potier, que en esta obra aporta su universo más íntimo, y es un trabajo de creación que tiene que ver con su historia y con su infancia en una zona de Francia, dado que él es francés pero vive en Argentina hace seis años. La historia remite a un pequeño castillo en la Bretaña Francesa, cerca de Normandía. En un comienzo, el personaje era masculino y se llamaba Yuri, pero a partir de su invitación a hacer esta historieta en escena, y de la adaptación, le cambiamos el nombre y ahora es mujer de nombre Olga”.
Precisamente, respecto del nombre de la obra que, entre otras cosas, remite a uno de los personajes de Las tres hermanas, de Chèjov, la bailarina aclaró: “Todo eso, seguramente, influyó de una manera inconciente. Sí me gustaba que fuera un nombre corto y de origen ruso, y venía de hacer ¡Oh! Imperfecta (siete piezas breves), y me gustó la idea de continuar con la letra «o» en el comienzo. Fue una decisión mía pero de inmediato compartida por el resto del equipo; creo que cada obra tiene su nombre y Olga era el correcto para este proyecto”.
Con relación al relato y a lo que ve este personaje “cuando abre los ojos por primera vez”, Manaker apuntó: “En realidad, nos hacemos una pregunta que tiene que ver con que si es posible volver a ver por primera vez como cuando éramos niños, cuando ya somos adultos. En la investigación aparece esta pregunta que se vuelve bastante imposible, porque más allá de la visión, hay en cada uno de nosotros una memoria que tiene que ver con el cuerpo. De este modo, Olga inicia un viaje que es una noche larga, muy larga, que en realidad podría incluir muchos otros días y noches, y en ese «volver a ver» pareciera tratarse de un viaje sin memoria de regreso a casa. En ese tránsito, el personaje ve muchas cosas, y un mundo se abre frente a su imaginación”.
Finalmente, la creadora completó: “Esta obra tiene como particularidad que tanto el animador, como el músico y el director, que hace la puesta de luces, del mismo modo que yo, compartimos la escena: hay un intento y una búsqueda de poder estar en sintonía en cada situación; no hay demasiadas cosas estipuladas, no hay una posible repetición, y por lo mismo, tenemos que encontrar cuáles son los momentos de cambio y los tránsitos hacia la escena que sigue”.
Latinoamérica como destino
La compañía comenzó su gira en Colombia el pasado 24 de enero, con dos de sus trabajos más recientes: Olga y ¡Oh! Imperfecta, que le siguen a Cuco y al inolvidable Un Dios que se va, sobre textos de Rafael Barrett.
Se presentaron en Barranquilla (Carnaval Internacional de las Artes 2013), Cartagena (Centro de Formación y Cooperación Española), Medellín (Teatro Pablo Tobón Uribe y Casa Teatro El Poblado) y en Bogotá (Auditorio Luis Carlos Galán, Pontificia Universidad Javeriana).
Luego, durante abril, realizaron presentaciones en Ecuador, en el Festival Internacional de Teatro en San Gabriel; en el XII Encuentro Internacional de Teatro y Escuelas de Teatro Universidad de Quito.
A esta gira le sumaron la experiencia de creación coreográfica en residencia para el desarrollo de una nueva propuesta a partir de la obra del escritor y poeta colombiano León de Greiff. “En realidad, ese fue el motor del viaje, luego de ganar uno de los proyectos de Iberescena (fondo de ayuda para las artes escénicas iberoamericanas). Una vez que me otorgaron este subsidio, pude comenzar a atar las otras puntas que habíamos tirado para presentar Olga en diferentes lugares. Este trabajo de coproducción lo montamos conjuntamente con Iberescena y dos teatros de Medellín (Pablo Tobón Uribe y Casa Teatro El Poblado) y allí empezaron a surgir una serie de fechas y lugares, entre los que se destaca el Carnaval Internacional de las Artes de Barranquilla, donde tuvimos el privilegio de estar programados en la jornada inaugural, compartiendo el escenario con artistas verdaderamente increíbles, lo que se convirtió en el puntapié inicial de un viaje maravilloso, porque la propuesta artística de Barranquilla tiene como lema «la reflexión como espectáculo», y entonces, en su programación, conviven sin prejuicios artistas de diferentes lugares del mundo con estéticas tan diversas como innovadoras. En ese marco tan estridente, nuestra austera Olga, que se basa sólo en dos colores: azul y negro, fue muy bien recibida por el público que tiene como particularidad el hecho de estar disfrazado. Por lo tanto, cuando se levanta la luz de sala, hay otro espectáculo que transcurre en la platea”.
De lo personal a lo colectivo
Paula Manaker, bailarina y coreógrafa rosarina, inició su trabajo en 1993. Desde entonces, integró diversos grupos de danza y teatro, y a partir del 2008 focalizó su exploración en el ámbito de las artes escénicas contemporáneas a través de la creación colectiva y la gestión independiente. En este sentido, sostuvo la idea de que el contacto entre diversos creadores y sus prácticas respectivas, unidos en un proyecto común, “se vuelve una fuente de posibilidades y potencias expresivas renovadoras”. Actualmente trabajo como parte integradora de un colectivo de artistas integrado por el dibujante Ange Potier, la bailarina Yerutí García Arocena, el director y actor de teatro Marcelo Díaz, el músico, compositor y escenográfo Carlos Masinger y el video realizador Patricio Carroggio.