La FIFA indicó que no ha considerado hasta ahora suspender la Copa Confederaciones, que se celebra en Brasil en medio de históricas protestas que han degenerado en violencias, dijo Pekka Odriozola, jefe de comunicación de la organización.
«En ningún momento la FIFA ha considerado o discutido abandonar la Copa Confederaciones con las autoridades locales», dijo Odriozola en una rueda de prensa en el estadio Maracaná, luego de que dos minibuses de la organización fueran atacados a pedradas el jueves por manifestantes en Salvador.
«Estamos monitoreando la situación con las autoridades», añadió. La FIFA defendió el derecho de los brasileños a manifestarse pero condenó los actos de violencia. «Apoyamos el derecho a la libertad de expresión. Condenamos la violencia», dijo el portavoz.
A un año del Mundial de fútbol, más de un millón de manifestantes salieron a las calles de unas 80 ciudades del país la noche del jueves para protestar contra los gastos de la Copa y en demanda de mejores servicios.
Dos microbuses de la FIFA y el hotel donde funcionarios de la organización se hospedaban en Salvador de Bahía, donde se enfrentaron el jueves Uruguay y Nigeria (2-1) por la Copa Confederaciones, fueron apedreados por manifestantes. «Nadie de la comunidad FIFA fue alcanzado. Ninguna persona», dijo la gerente de comunicación de la federación internacional de fútbol, Delia Fischer, al diario O Globo.
Miembros de la policía de choque dispersaron a los manifestantes con bombas lacrimógenas, balas de goma y gas pimienta.
Hartos de la corrupción, de la mala calidad del transporte, la educación y la salud, de los precios en alza y de multimillonarios gastos para el Mundial 2014 cuando el país tiene enormes déficits en varios frentes, los brasileños sorprendieron a su propio gobierno y al mundo con la virulencia y el tamaño de sus protestas.