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El conflicto como aprendizaje

Por Verónica Zanotti

reiki

A lo largo de nuestra vidas podemos atravesar numerosos conflictos que pueden estar relacionados con nuestro círculo más cercano, con aquellas personas que forman parte de nuestra familia, nuestro grupo de amigos, compañeros de la escuela, y a medida que crecemos también pueden estar vinculados a diversas situaciones ya sean de índole laboral, social o económicas.

Muchas veces los conflictos surgen de las expectativas que tenemos sobre “cómo deberían ser las cosas”, los acontecimientos en nuestras vidas o cómo debería actuar una persona con la cual nos relacionamos, es decir, nuestra mente se forja una idea acerca de lo que creemos sería lo correcto que suceda en nuestras vidas, cómo debería evolucionar nuestro trabajo, nuestra familia, amistades y demás personas con las cuales nos relacionamos durante el transcurso de nuestras vidas.

El “debería ser de tal o cual manera” alguna circunstancia equis de la vida o una relación con el otro, en realidad se basa en creencias que nos formamos, en patrones de pensamientos, de conductas, trasmitidos de generación en generación, por nuestros padres, por la sociedad en la cual vivimos, y de este modo, a través de la educación que recibimos nos vamos forjando un ideal de lo que “debería ser”, pudiendo el mismo variar de una sociedad a otra.

Es así como la expectativa que tenemos sobre determinadas circunstancias o sobre alguna relación en particular nos condiciona. Si nos enojamos cuando alguien no actuó como yo esperaba o cuando algo no salió como quería, es debido a estas expectativas que poseemos. A menudo, nos quita energía puesto que nuestra mente queda atrapada en un vaivén de pensamientos que vagan del pasado al futuro tratando de buscar la solución al conflicto.

Estas expectativas pueden hacerte sentir una fuerte frustración o sensación de estancamiento cuando no marcha todo como queremos. Debemos entender que a su vez la/s otra/s persona/s involucradas en el conflicto, a su vez, tienen sus propias expectativas y sus propias creencias. Recordemos que todo esto se basa en pensamientos o creencias acerca de lo que “debería ser” y los mismos pueden ser cambiados por otros, si nos disponemos a aprender.

Entonces, ¿cómo se resuelve un conflicto? Entendiendo, antes que nada, que se trata de patrones de pensamientos heredados, en otras palabras, son expectativas de las cuales debemos desapegarnos para poder entender al otro y a las circunstancias que ocasionaron el conflicto. Así cuando nos desapegamos de un resultado esperado podemos dar lugar a que surja la comprensión, entender al otro y comprender las circunstancias tal cual son.

Haciendo a un lado las expectativas sobre los “debería ser” y abriendo nuestro corazón permitimos que surja el aprendizaje. Este es el camino que nos propone la práctica del Reiki, abrir el corazón a la Energía Universal, dejando lugar a que surja la compasión, la tolerancia, el respeto hacia mí mismo y hacia el otro.

A través de la práctica del Reiki, ya sea recibiendo una sesión o aprendiendo cualquiera de los niveles de Reiki, podemos aprender a atravesar conflictos como fuentes de aprendizaje. Es decir, cuando estamos en una situación conflictiva es importante preguntarnos: ¿Para qué me sucede esto? ¿Qué debo aprender de esta experiencia? ¿Qué aspecto del otro es lo que me molesta o me genera un rechazo? ¿Este conflicto que estoy atravesando afecta varios aspectos de mi vida o sólo uno? ¿Es temporal? ¿Qué capacidades debo desarrollar para salir adelante?

Lo importante es no perder la armonía y el equilibrio interior. No debemos temer a los desafíos que llegan a nuestras vidas, por el contrario, debemos estar abiertos a ellos, sabiendo que a partir de los desafíos podemos crecer, ya que los mismos forman parte de nuestros aprendizajes.

Cuando nos vemos envueltos en situaciones complejas, donde puede ponerse en entredicho nuestra relación con el otro, a veces actuamos como si nada pasara negando la situación. Por el contrario, desde el aporte que nos proporciona el Reiki, podemos aceptar lo que sucede, asumiendo las dificultades presentes para, luego, buscar la manera más adecuada de resolverlo. En momentos como estos se pone a prueba nuestra capacidad de superación de obstáculos.

Es importante aprender a valorar los desafíos como algo que nos ayuda a fortalecernos. Aprendiendo de los conflictos logramos descubrir nuestras capacidades de superación, de resolución, muchas veces estas capacidades despiertan luego de vivir un conflicto, un desafío que llegó a nuestras vidas con el fin de aprender de él.

El Reiki es la herramienta que nos permite aprender de los mismos, despertando nuestros dones. Con el Reiki no sucumbimos ante las adversidades, sino que por el contrario nos ayuda a quitar nuestros miedos y preocupaciones permitiendo transitar la vida con equilibrio, creciendo ante los desafíos. El Reiki nos da fortaleza para observar estas adversidades desde una óptica diferente, de no darnos por vencidos y buscar la enseñanza que se esconde detrás de una situación aparentemente negativa. Este conflicto puede ser tu aliado para sacar lo mejor de ti, evolucionando a través de las diversas experiencias vividas.

En el interior de cada uno de nosotros está la capacidad de vencer uno a uno los obstáculos; tenemos la posibilidad de encontrar el coraje, la fortaleza y la creatividad suficiente como para superarlos. El Reiki es la herramienta que nos ayudará a tener éxito y nos guiará hacia adelante, confiando en nuestras capacidades, conectándonos con la Energía Universal fuente de toda sabiduría, que nos permite vernos como parte de un Todo, de un Universo abarcador en el cual cada uno de los involucrados en el conflicto cumple un rol para que el aprendizaje sea posible.